Es probable que la postergación de los Juegos Olímpicos de Tokio dañe la percepción de las empresas y los consumidores y provoque pérdidas de empleos, además de que su realización en 2021 todavía no está garantizada, según economistas.
Las postergación de las Olimpiadas reducirá la economía en aproximadamente 2 billones de yenes (US$18.000 millones), o alrededor de 0,4% del producto interno bruto, en el año fiscal que comienza en abril, según Yasuhide Yajima, economista jefe del Instituto de Investigación NLI.
Dada la perspectiva poco clara de la pandemia de coronavirus, todavía es posible que los Juegos Olímpicos no se celebren el próximo año, escribió Ryutaro Kono, economista de BNP Paribas, en una nota de investigación. El Comité Olímpico Internacional y el primer ministro Shinzo Abe decidieron el martes posponer el mayor evento deportivo del mundo.
Estas opiniones coinciden con evaluaciones más amplias de otros analistas, respecto de que la postergación los Juegos Olímpicos contribuirá a debilitar aún más una economía que ya está en recesión, incluso si el impacto económico directo no es enorme.
"Veremos un impacto especialmente en el empleo", dijo Yajima. “Creo que los trabajadores como los taxistas y los conductores de autobuses lograron conservar sus trabajos porque se acercaban los Juegos Olímpicos. Pero una postergación de un año podría llevar a sus compañías a quebrar o despedir personal”.
Algunos economistas dicen que el impacto del virus, daños anteriores por los impuestos a las ventas, y ahora el cambio de la fecha de las Olimpiadas, podrían mantener a la economía en recesión hasta por un año.
"Todavía hay incertidumbre porque las vacunas contra el virus podrían no haber sido inventadas o distribuidas para el verano de 2021", dijo Kono de Paribas. "Veo un 60% de probabilidades de que los Juegos Olímpicos se lleven a cabo en 2021".
El economista Kentaro Koyama de Deutsche Bank Group escribió, justo antes del anuncio del aplazamiento, que una postergación de los Juegos Olímpicos reduciría el PIB nominal en 1,5 billones de yenes o un 0,3% en 2020, ya que provocaría una disminución de los turistas extranjeros y una caída en el gasto relacionado con los Juegos Olímpicos.
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