¿Debería la televisión transmitir en vivo la participación diaria de Donald Trump en las sesiones informativas del grupo de trabajo sobre coronavirus de la administración?
Es un tema candente de debate en este momento. Paraempezar, es importante definir nuestros términos al respecto. Todos están de acuerdo en que los medios de comunicación deberían cubrir lo que dice el presidente. Son noticias. La pregunta es cómo cubrirlo. ¿Debería transmitirse en vivo? ¿O la sorprendente cantidad de información errónea que difunde Trump implica que es activamente perjudicial para una nación que trata de enfrentar una pandemia?
Supongo que debería agregar que sus comentarios no solo representan información incorrecta, de hecho. El impulso de Trump de presentar todo como un éxito rotundo significa que incluso cuando toma decisiones políticas razonables, a veces las socava. Esta semana, por ejemplo, el lunes, Trump reflexionó sobre el fin de las restricciones de distanciamiento social destinadas a combatir la pandemia ya la próxima semana. El martes dejé eso y apunté a Semana Santa. Pero debido a la forma en que lo presentó, dio la fuerte impresión de que estaba trabajando para poner fin a las restricciones, no para extenderlas.
Y también es un caso de error por omisión. Las pautas del grupo de trabajo —perdón, las "Pautas de Coronavirus para Estados Unidos del presidente Trump", según el anuncio del gobierno que muchos recibimos esta semana— son lo que los expertos quieren que la gente sepa. Pero dudo que más de un puñado de estadounidenses pueda nombrar muchas de las pautas. Esto es culpa de Trump, porque en raras ocasiones, o quizá en ninguna, habla de ellas durante las sesiones informativas que domina. (No ayuda que el vicepresidente Mike Pence siga pasando por alto las pautas, pero rara vez detalla su contenido).
Tampoco ayuda cuando persiste en sus ataques contra los medios, lo que aumenta la probabilidad de que los ciudadanos ignoren lo que escuchan sobre las mejores prácticas.
Nuevamente, no se trata de cubrir o no lo que dice Trump. Se trata de emitirlo en vivo, sabiendo, como dijo recientemente el crítico de medios Jay Rosen, que sus comentarios "restan información al conocimiento público y agrega a su descripción de los periodistas como objetos de odio".
A pesar de todo, me resisto a la conclusión de que la cobertura en vivo de una conferencia de prensa presidencial sea un error. El hecho de que Trump haya comenzado a realizarlas regularmente durante esta crisis ha hecho que la administración sea más transparente y más responsable. Hace que el presidente quede registrado, lo que es inherentemente bueno, pero también aumenta el valor de las noticias de las historias que desacreditan las cosas que dice.
La solución obvia es que Trump siga realizando estas conferencias de prensa pero separándolas de las sesiones informativas de los expertos. La investigación sobre este tema enfatiza que la gente quiere escuchar a los expertos y tenderá a confiar en ellos. Esto es importante para lograr que las personas sigan las mejores prácticas. Y es por eso que Trump debería ausentarse de la sesión informativa diaria del grupo de trabajo. Lo que Trump necesita más que nada son los resultados, y la investigación dice que si quiere resultados, necesita personas como el Dr. Anthony Fauci y la Dra. Deborah Birx que transmitan el mensaje.
Pero si lo hace, entonces creo que las redes de cable, al menos, deberían seguir transmitiendo las conferencias de prensa de Trump en vivo como lo harían con cualquier otro presidente. (Las redes de difusión dejaron de hacer esto hace un tiempo con otros presidentes, y no deberían hacerlo por Trump a menos que haya una razón de peso). Por supuesto, debería aparecer con la mayor cantidad de verificación de datos en pantalla posible. Esto no debería ser tan difícil, dado que Trump generalmente repite las cosas entre una aparición y otra (como hacen todos los políticos). Sí, aún hay cierto riesgo para el público. Perofue el público el que eligió ese riesgo cuando puso a Trump en la Casa Blanca.
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