Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Filipinas participarán en los ensayos, mientras que Brasil e India están en conversaciones para aportar voluntarios, dijo Kirill Dmitriev, director del fondo soberano de inversión directa de Rusia, que respalda la vacuna, sin especificar la fecha. Las pruebas se adherirán a los estándares internacionales en el país y en el extranjero, señaló.
“Este será uno de los ensayos de vacunas en curso más grandes del mundo”, dijo Dmitriev. “Se hará en paralelo con la vacunación de nuestros trabajadores de alto riesgo, como los trabajadores de la salud”.
Rusia enfrenta críticas por su prisa en el registro y administración de la vacuna, que el Instituto Gamaleya de Moscú está desarrollando con el fondo de riqueza y el Ministerio de Defensa, y por la falta de transparencia con sus datos.
Rusia recibió críticas por el apuro para su registro
Una “importante publicación en Occidente” se encargará del artículo científico de Rusia, indicó Dmitriev. El experto declinó revelar el nombre del medio por preocupaciones de “presión política”.
El presidente Vladimir Putin promocionó este mes la vacuna como la primera del mundo después de que Rusia le otorgara un registro de emergencia antes de que se completaran los ensayos clínicos. Rusia tiene la cuarta mayor cantidad de casos a nivel mundial y, si bien ha pasado el máximo inicial de contagios, todavía reporta un promedio de más de 5.000 casos nuevos por día en agosto. El nombre de la vacuna, Sputnik V, hace referencia al lanzamiento al espacio del primer satélite artificial de la historia, que realizó la Unión Soviética en 1957.
Más de 160 otras vacunas están en desarrollo a nivel mundial y, con contendientes del Reino Unido, EE.UU. y China, la carrera por convertirse en la primera barrera reconocida universalmente contra el covid-19, que ha cobrado la vida de más de 788.000 personas y ha contagiado a más de 22 millones, todavía está en pie.
En Rusia, R-Pharm tiene un acuerdo con AstraZeneca Plc para fabricar la vacuna contra el covid-19 que desarrolla la Universidad de Oxford. Petrovax, la compañía farmacéutica del multimillonario Vladimir Potanin, planea realizar ensayos y producir la vacuna experimental de China, desarrollada por CanSino Biologics.