Ford Motor Co. ya está mostrando los resultados con su controvertida decisión de abandonar el negocio de los sedanes en Estados Unidos y apostar a vehículos de mayor tamaño. La automotriz sorprendió a Wall Street con ganancias superiores a lo esperado debido principalmente al hecho de vender vehículos utilitarios deportivos y camionetas con precios más elevados.
Las ganancias antes de impuestos en Norteamérica crecieron a US$2.000 millones pese a que Ford vendió menos vehículos, en tanto los compradores buscaron SUV y pickups Serie F mejor equipados a precios promedio más altos. Esto contribuyó a producir ganancias ajustadas de 29 centavos por acción, superando así las estimaciones de los analistas, y las acciones de Ford subieron 5,9 por ciento en las operaciones fuera del horario regular.
“Vendimos menos productos de margen más bajo”, dijo el director financiero Bob Shanks a los periodistas en la sede central de Ford en Dearborn, Michigan, en referencia a los autos tradicionales. “Tuvimos un muy buen desempeño de la Serie F, un desempeño muy bueno de los vehículos utilitarios deportivos de gran tamaño Expedition y Navigator”.
La excelente combinación de ventas en Norteamérica podría hacerle ganar tiempo al máximo responsable Jim Hackett, que se ve acosado por un éxodo de inversiones que llevó la acción al nivel más bajo en nueve años justo cuando inicia una reestructuración de US$11.000 millones de toda la compañía. El desafío abrumador que implica reformar al fabricante de autos de 115 años de antigüedad para poder renovar productos envejecidos y prepararse para la era autónoma fue todavía visible en la utilidad neta, que cayó un 38 por ciento. Ford también echó por la borda su objetivo de alcanzar un margen de beneficio del 8 por ciento para 2020… y no dijo cuándo podría alcanzarlo.
Abandonar la meta de margen fue un rápido cambio de opinión para Hackett, que en abril había adelantado la meta dos años. Ford lo atribuyó a los costos en alza, a la incertidumbre para el sector y condiciones más difíciles en Europa y China.
“Estamos trabajando para llegar a ese punto lo más rápido posible”, dijo Shanks, que no accedió a fijar un nuevo plazo para alcanzar el margen de 8 por ciento. “Dado el entorno en que estamos, hay más volatilidad de la que veíamos en el pasado reciente”.
Los inversores han demostrado que su paciencia disminuye debido a la ausencia de detalles sobre el plan de reestructuración de Hackett, algo que se ve exacerbado por la decisión de cancelar una presentación a analistas en septiembre, y la acción se halla en el nivel más bajo desde 2009. La meta de margen es un ejemplo de la fluctuación: originalmente se fijó para 2022, luego se adelantó a 2020 a comienzos de este año.
“No es que no sepamos adónde vamos o que no sepamos cómo hacer las cosas”, dijo Hackett a los analistas en una reunión para hablar de los resultados financieros. “Es que es un emprendimiento enorme”.
Pese a las ventas más rentables en Norteamérica, las operaciones en el exterior siguieron siendo un freno para las ganancias, con pérdidas en Europa y Asia Pacífico. Shanks señaló que las pérdidas asiáticas se dieron en China, donde Ford se enfrenta con autos viejos y una cantidad insuficiente de SUV. En el resto de Asia, la automotriz ganó US$190 millones con un margen de 9 por ciento, dijo. Este martes, Ford designó a un nuevo presidente de sus operaciones en China, que la empresa está reorganizando.
“Nuestro desempeño en China ha sido claramente decepcionante”, dijo Hackett a los analistas, a lo que agregó que los máximos ejecutivos de la empresa están “abocados al tema”.