Tenían antes una estrecha relación política y militar, crucial para detener la expansión soviética en tiempos de la Guerra Fría.
En la actualidad, sin embargo, la alianza de Turquía con los Estados Unidos está en crisis debido a su detención de un pastor estadounidense por acusaciones vinculadas al terrorismo y el espionaje, y raras sanciones de EE.UU. destinadas a obligar a Turquía a dar marcha atrás. Las medidas, y la promesa de represalias por parte de Ankara, afectaron los mercados turcos.
El enfrentamiento se produce en un momento de fragilidad para la economía turca, y Washington podría ejercer más presión política y económica si las relaciones experimentaran un mayor deterioro. Antes de una reunión del viernes en Singapur con el ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, el secretario de Estado Mike Pompeo describió las sanciones a dos ministros turcos en términos de “una demostración de que hablamos muy en serio. Consideramos que este es uno de los problemas que tenemos con los turcos”.
La crisis se remonta a 2003, cuando Ankara empezó a instrumentar una política exterior cada vez más independiente. Entre los motivos de irritación actuales se cuentan el acercamiento del presidente turco Recep Tayyip Erdogan a Rusia e Irán, enemigos de EE.UU., así como la convicción de Ankara de que el gobierno estadounidense protege al sacerdote turco exiliado al que responsabiliza del golpe militar frustrado de 2016.
“A menos que el gobierno turco esté dispuesto a dar una respuesta favorable a las demandas del gobierno de Trump, es improbable que las cosas mejoren, y el riesgo político que enfrenta la economía turca seguirá creciendo”, dijo por correo electrónico Ghanem Nuseibeh, fundador de la consultora de riesgo político Cornerstone Global Associates, que tiene sede en Londres. “Eso afectará con rapidez a los ciudadanos turcos communes”.
Turquía también se siente consternada ante la alianza de EE.UU. con los kurdos en Siria, dado que teme que su creciente poder en la región pueda envalentonar a los separatistas kurdos locales. Una corte estadounidense condenó este año a un ejecutivo de una entidad crediticia estatal turca por su papel en evadir el embargo estadounidense a Irán, y Washington ha amenazado a Turquía con sanciones si acepta un sistema ruso de defensa antimisiles.
El general retirado turco Naim Baburoglu considera que su país se encuentra en una encrucijada.
“Se acercará más a Rusia y se meterá en una trampa o actuará como quiere EE.UU. a los efectos de salvaguardar sus relaciones con Washington y la OTAN”, dijo Baburoglu, que en la actualidad se desempeña como analista en la Universidad Aydin de Estambul.Es improbable que Turquía pida disculpas por el caso del pastor, dada la dependencia de Erdogan del apoyo de un partido nacionalista en las elecciones legislativas y municipales previstas para el año próximo, dijo un funcionario cercano a su gobierno que hizo declaraciones a condición de mantener el anonimato en relación con conversaciones privadas.
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