Bryan Robbins fumó 35 años antes de que el cigarrillo electrónico lo ayudara a dejar el hábito y lo llevara a abandonar la conducción de camiones para dedicarse a la venta de cigarrillos electrónicos, primero en mercados y luego en sus propios comercios en Mississippi.
Robbins, que tiene 52 años, apoya a Donald Trump y coincide con los esfuerzos del presidente estadounidense de castigar las prácticas comerciales de China, pero ya empieza a verse afectado. La próxima ronda de aranceles propuestos -25 por ciento sobre US$16.000 millones de importaciones chinas que podrían entrar en vigor este mes- comprende vaporizadores. La mayor parte de los cigarrillos electrónicos se produce en China, lo que deja sin alternativa a Robbins y sus pares.
“Podrá ser bueno para el déficit comercial a largo plazo, ¿pero cuántos comercios cerrarán a corto plazo?”, dijo.
Robbins, cuyos dispositivos para cigarrillos electrónicos se venden a entre US$25 y US$130, dice que los aranceles significarán precios más altos que deprimirán las ventas y afectarán el crecimiento de un mercado que aún es incipiente. Él y otros presionan a la Oficina del Representante Comercial de EE.UU. para que los dispositivos queden eximidos con el argumento de que se perderán empleos estadounidenses, no cambiarán la conducta comercial de China y podrían llevar a más personas a volver a fumar cigarrillos.
Los posibles aranceles asestarían un golpe al sector, que ya enfrenta intentos de la Administración de Alimentos y Medicinas de EE.UU. (FDA por la sigla en inglés) de limitar las ventas a menores y regular los sabores de los vaporizadores. Una desaceleración también afectaría a los centros comerciales, donde los comercios que venden vaporizadores han desempeñado un papel positivo al llenar espacios vacíos producto de cierres de comercios y quiebras de firmas minoristas.
“Sí, afectará a los consumidores. Si, perjudicará al sector”, dijo Tony Abboud, director ejecutivo de la Vapor Technology Association, un grupo sectorial que representa a más de 600 firmas manufactureras, mayoristas, distribuidoras y comercios minoristas. “Se trata de un fuerte impacto, en especial para todo el que tenga ingresos bajos o medios”.
La marca más exitosa
Los aranceles también afectarán a fabricantes de dispositivos como Juul Labs Inc., la marca más exitosa. Si bien Juul y otros ganan más dinero con la venta de los líquidos para los vaporizadores –una mayoría de los cuales se produce en EE.UU.- que con los aparatos, un aumento de los gravámenes tendría de todos modos un impacto negativo.
Los vaporizadores de Juul, que cuestan alrededor de US$35, se fabrican en Shenzhen, China. La compañía declinó hacer declaraciones y derivó las preguntas a la Vapor Technology Association.
Grandes compañías tabacaleras como Reynolds American Inc., Imperial Brands Plc y Altria Group también venden productos para vaporización. Imperial dijo que evalúa cómo reducir el efecto de los aranceles propuestos. Reynolds declinó hacer comentarios y Altria no contestó las solicitudes de declaraciones.
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