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Pandemia de coronavirus

Cuáles son todos los síntomas de COVID-19, los que se conocen y los que no

La enfermedad causada por el nuevo coronavirus puede ocurrir como resultado directo de la infección viral, así como la respuesta del cuerpo a la misma.

Traslado de ancianos del geriátrico donde se registraron 19 casos de COVID-19 en Belgrano.
Traslado de ancianos del geriátrico donde se registraron 19 casos de COVID-19 en Belgrano. | AFP

A medida que la pandemia se extiende por todo el mundo, los médicos comienzan a determinar el daño del coronavirus. Visto inicialmente como una causa de neumonía viral durante el caos de una explosión de casos en China, ahora está emergiendo como un patógeno enigmático capaz de dañar el cuerpo en una miríada de formas inesperadas y, a veces, letales.

Las manifestaciones clínicas varían desde síntomas comunes de resfriado y bronquitis hasta enfermedades más graves, como neumonía, síndrome de dificultad respiratoria aguda grave, insuficiencia multiorgánica e incluso la muerte. La enfermedad Covid-19 puede ocurrir como resultado directo de la infección viral, así como la respuesta del cuerpo a la misma.

Estos son algunos de los síntomas que causa la COVID-19, incluidos algunos de los que quizás no haya oído hablar:

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  • Sangre: la fiebre y la inflamación pueden alterar los vasos sanguíneos, haciendo que las células sanguíneas sean más propensas a aglomerarse e interferir con la capacidad del cuerpo para disolver los coágulos. Eso puede desencadenar una cascada de coagulación que puede provocar bloqueos de los vasos sanguíneos en los tejidos y los órganos de todo el cuerpo.
    Los coágulos potencialmente mortales en las arterias del pulmón, conocidos como émbolos pulmonares, pueden ocurrir incluso después de que los síntomas de la infección se hayan resuelto. Los vasos sanguíneos dañados pueden tener fugas y ser propensos a sangrar. En los niños, la inflamación de las venas y las arterias desencadenada por la activación inmune excesiva puede causar una enfermedad similar a la enfermedad de Kawasaki, un trastorno inflamatorio.
     
  • Cerebro: la disfunción en el revestimiento de los vasos sanguíneos y los trastornos de coagulación y hemorragia asociados pueden causar accidentes cerebrovasculares y hemorragias en el cerebro. Los pacientes también pueden experimentar dolor de cabeza, mareos, confusión, alteración de la conciencia, control motor deficiente, delirio y alucinaciones.
     
  • Ojos: los ojos rojos e hinchados pueden ser resultado de una infección en la conjuntiva, el tejido que recubre el interior de los párpados y cubre la parte blanca del ojo.
     
  • Tracto gastrointestinal: la infección de las células que recubren el tracto digestivo puede causar diarrea, náuseas, vómito y dolor abdominal. Se ha encontrado que los bloqueos de los vasos sanguíneos causados por una coagulación anormal dañan el intestino, lo que requiere cirugía y resección de emergencia.
     
  • Manos: la sensación de picor o ardor en las manos y las extremidades puede indicar el síndrome de Guillain-Barré, un trastorno raro del sistema nervioso que puede desencadenarse por respuestas inmunes aberrantes a la infección viral. Otros síntomas del síndrome incluyen mala coordinación, debilidad muscular y parálisis temporal.
     
  • Corazón: pueden producirse lesiones cardíacas, que a veces conducen a latidos cardíacos irregulares, insuficiencia cardíaca y paro cardíaco –como resultado de un esfuerzo excesivo–, inflamación del músculo cardíaco y la arteria coronaria, coágulos sanguíneos y enfermedad multiorgánica. La infección, la fiebre y la inflamación en personas con bloqueos existentes de los vasos del corazón pueden hacer que sus placas grasas se rompan, bloqueen o detengan el flujo sanguíneo en los órganos y los tejidos.
     
  • Extremidades: las obstrucciones en los vasos sanguíneos grandes pueden causar flujo insuficiente o isquemia aguda en las extremidades. Las complicaciones vasculares graves pueden ser letales. Al menos uno de los casos reportados resultó en amputación de miembros inferiores.
     
  • Hígado: la disfunción hepática puede ocurrir como resultado directo de la infección viral, o más probablemente debido a la inflamación sistémica mediada por el sistema inmune y los bloqueos circulatorios que cortan el flujo sanguíneo al órgano.
     
  • Pulmones: el virus se dirige a las células epiteliales que recubren y protegen el tracto respiratorio, así como a las paredes de los pequeños alvéolos, similares a uvas, a través de los cuales se produce el intercambio de gases para oxigenar la sangre. El daño a los alvéolos y la inflamación en los pulmones pueden causar neumonía, caracterizada por dolor en el pecho y falta de aliento. En casos severos, la falta de oxígeno puede desencadenar el síndrome de dificultad respiratoria aguda, lo que lleva a una falla sistémica multiorgánica.
     

     
  • Riñones: la lesión renal aguda puede ser resultado de coágulos y problemas de suministro de sangre, o resultado directo de una infección.
     
  • Nariz y lengua: si bien el virus puede causar estornudos y secreción nasal típicos de un resfriado común, también puede afectar el sistema olfativo, causando una pérdida abrupta total o parcial del sentido del olfato conocida como anosmia. El gusto también puede distorsionarse en una condición conocida como disgeusia.
     
  • Piel: las erupciones cutáneas, los pequeños puntos rojos y las decoloraciones violáceas en las piernas y el abdomen son parte de una categoría compleja de las llamadas dermatosis paravirales que pueden resultar de la respuesta inmune del cuerpo al virus o del daño benigno y superficial de los vasos sanguíneos bajo la piel.
     
  • Dedos de los pies: pueden aparecer erupciones moradas que se asemejan a la varicela, el sarampión o los sabañones en los pies, especialmente en niños y adultos más jóvenes.