El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que China quiere llegar a un acuerdo y elogió los comentarios del principal negociador de comercio del país, ofreciendo un tono más conciliador después de las crecientes tensiones en los últimos días. "Tienen muchas ganas de llegar a un acuerdo", dijo Trump durante una conferencia de prensa de la reunión del Grupo de los Siete en Biarritz, Francia. "Los aranceles los han golpeado muy duro".
Trump también destacó los comentarios hechos el lunes por el principal negociador comercial de China, el viceprimer ministro Liu He. "Quiere ver que se haga un trato, quiere que se haga en condiciones de calma", dijo Trump. "Usó la palabra ’tranquila’, estoy de acuerdo con él".
Las acciones estadounidenses subieron el lunes luego de los comentarios optimistas en el G7 por parte de Trump y el presidente francés Emmanuel Macron, quien dijo que veía voluntad de un acuerdo comercial entre EE.UU. y China. El dólar se fortaleció y los rendimientos de los bonos del Tesoro a 10 años se mantuvieron cerca de un mínimo de tres años.
Liu dijo en la ceremonia de apertura de Smart China Expo 2019 en Chongqing: "[E]stamos dispuestos a resolver el problema a través de consultas y cooperación, con una actitud tranquila", según un informe de Caixin. "Nos oponemos firmemente a la escalada de la guerra comercial", dijo, y agregó que "no es productiva para China, EE.UU. y los intereses de las personas en todo el mundo".
Si bien Trump dio un tono más que todo conciliador en su conferencia de prensa, también insistió en que cualquier acuerdo tendría que abordar el desequilibrio en el comercio. Si no fuera así, dijo, EE.UU. dejaría de hacer negocios con China. "Esto tiene que ser un trato que sea mejor para nosotros", dijo a periodistas. "Y si no es mejor, no quiero hacer negocios".
Perspectivas de acuerdo
Si bien Trump dijo el lunes que las perspectivas de un acuerdo con China son mejores ahora que en cualquier otro momento desde que comenzaron las negociaciones el año pasado, un importante editor de medios estatales en Pekín cuestionó su versión de los hechos.
Trump dijo que anoche China llamó a "nuestra gente involucrada en el comercio y dijo que volvamos a la mesa". También elogió al presidente Xi Jinping como "gran líder", y dijo "todo es posible" cuando se le preguntó si retrasaría los aumentos arancelarios a China.
"Se puede decir que estamos teniendo conversaciones muy significativas, mucho más significativas que en cualquier momento, francamente", dijo Trump durante una reunión con la canciller alemana Angela Merkel el lunes. "Tal vez me equivoque, pero ahora estamos en una posición más sólida para hacer un trato, un trato justo para todos", agregó.
Llamadas telefónicas
No obstante, un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China no pudo confirmar de inmediato los detalles de las llamadas telefónicas del lunes. Luego, Hu Xijin, editor en jefe del periódico Global Times de China, dijo en un tuit que los principales negociadores comerciales no habían hablado por teléfono en los últimos días y que Trump exageraba la importancia de los contactos.
En la conferencia de prensa, Trump respondió preguntas sobre la discrepancia insistiendo en que había habido "numerosas llamadas" en los últimos dos días, incluso con el Secretario del Tesoro de EE.UU., Steven Mnuchin. Mnuchin, también en Biarritz, dijo el lunes más temprano "hubo discusiones que iban y venían, y dejémoslo así".
Los comentarios de Trump marcan el último giro en meses de negociaciones que han visto momentos de optimismo seguidos de una escalada aun mayor. Si bien las dos partes a veces parecen estar cerca de un acuerdo, China se ha opuesto a las demandas de EE.UU. de reformas basadas en el mercado en áreas como las empresas estatales, las cuales podrían poner en peligro el control del poder del Partido Comunista.
Los acontecimientos se produjeron después de que un fin de semana de aranceles sacudiera los mercados financieros y alimentara los temores de que el enfrentamiento arrastraría a la economía mundial a la recesión.
La represalia de Pekín el viernes a un alza arancelaria anterior de EE.UU. llevó a otro aumento de Trump, quien dijo que los aranceles existentes de 25% sobre unos US$250.000 millones en importaciones de China aumentarían a 30% el 1 de octubre, el 70 aniversario de la fundación de la República Popular de China. Morgan Stanley advierte que la espiral de medidas comerciales podría dar lugar a una recesión mundial en nueve meses.
China siempre ha acordado entablar conversaciones, incluso en medio de aumentos a los aranceles. Una ronda de negociaciones que se había planeado para septiembre no se suspendió formalmente después de que Trump se volcara a nuevos aumentos de aranceles, incluso después de una aparente distensión entre las dos partes en Shanghái el mes pasado.
Trump tuiteó durante el fin de semana que Estados Unidos "estaría mucho mejor" sin China, y afirmó que podría ordenar a las empresas estadounidenses que se retiren del país.
China cumplirá con las medidas de represalia anunciadas el viernes y peleará la guerra comercial hasta el final, después de que Estados Unidos no cumpliera sus promesas, escribió el periódico insignia del Partido Comunista People’s Daily en un editorial del sábado. Más tarde, el editor en jefe del nacionalista Global Times, Hu Xijin, dijo en Twitter que Estados Unidos está "comenzando a perder China".
Los comentarios de Trump en Biarritz fueron recibidos con escepticismo en Pekín.
"Trump presta gran atención al desempeño del mercado de valores", afirma Gai Xinzhe, investigador no residente del Instituto de Estudios de la OMC de China en la Universidad de Negocios y Economía Internacionales de Pekín. “Trump puede querer usar una descripción vaga de la llamada para estabilizar la opinión del mercado y aliviar la presión. Ya veremos qué pasa después”.