CIENCIA
En Estados Unidos

Aprueban la primera píldora inteligente

La pastilla tiene un sistema de rastreo digital, que permitirá conocer si el paciente tomó su medicación en el horario y la dosis correcta.

Píldora inteligente
El nuevo medicamento incluye un parche dérmico que el paciente debe llevar adherido al tórax y una app que se instala en un smartphone. | GZA: Abilify MyCite

Esta semana EE.UU. dio un paso clave para poner más cerca del presente a la medicina del futuro: la FDA –el organismo encargado de regular nuevos medicamentos- aprobó la salida al mercado de la primer píldora "inteligente". Se trata de una pastilla que es capaz de avisarle, por si sola, al médico, familiar o cuidador, que fue efectivamente "ingerida" por el paciente, en el horario y dosis correcta. Esta novedad se suma a otras tecnologías médicas similares, como la "PillCam", de 2014, que contiene una mini-cámara de video dentro de una píldora y es capaz de enviar imágenes del tracto digestivo antes de ser excretada. Es una opción que puede ser utilizada para reemplazar, en ciertos casos, estudios como la videocolonoscopía.

El nuevo medicamento incluye un parche dérmico que el paciente debe llevar adherido al tórax y una app que se instala en un smartphone. "Cada una de estas pastillas inteligentes consta de dos partes: por un lado, la molécula con el principio activo que necesita el paciente. Por el otro, un sensor "ingerible", del tamaño de un grano de arena, hecho de una aleación de cobre y magnesio", le explicó a PERFIL Sebastián Graf, doctor en bioingeniería y decano de la Facultad de Ingeniería y Ciencias en la Universidad Favaloro.

Y agregó: "lo particular de este sensor es que al interactuar con los electrolitos de los jugos gástricos, convierte esa energía química en eléctrica y emite una señal que es captada por una antena desde el parche dérmico. Desde allí es transmitida al teléfono que, mediante la app, puede dispara el mensaje al médico o cuidador, avisando que fue efectivamente ingerida, el horario y la dosis".

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En este primer caso la FDA dio su OK a una forma de aripiprazol. "Se trata de un medicamento antipsicótico de amplio uso y esta nueva opción –que se aprobó para esquizofrenia y algunos casos de trastornos bipolar- apunta a mejorar un problema grave en estas patologías que es la no adhesión terapéutica", le explicó PERFIL Marcelo Cetkovich-Bakmas, director del Departamento de Psiquiatría en el Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro. Según este experto, "en psiquiatría la falta de adherencia tiene un agravante: muchas personas aquejadas de psicosis no creen estar enfermas y es muy frecuente que se nieguen o eviten tomar su medicación. Incluso pueden decirle a sus familiares que lo hacen, y -en forma subrepticia- desecharla. De allí la importancia de contar con elementos que garanticen el cumplimiento del tratamiento".

Sin embargo, para Diego Chiappetta, profesor en la Cátedra de Tecnología Farmacéutica en la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA e investigador del Conicet, "que este nuevo sistema mejore la adherencia es algo que, todavía, debe ser probado por medio de estudios específicos. Es algo que puede ayudar, pero también sabemos que hay otras estrategias".

El experto también destacó que, si bien se está estudiando, sí puede ser usado en muchas patologías "aunque no parece ser algo que sirva para toda clase de medicamentos. Entre otras cosas porque eleva los costos de elaboración de cada píldora. De todos modos, si su uso se masifica estos "marcadores digeribles" seguramente bajarán su precio".

En la opinión de Graciela Ciccia, Directora de Innovación y Desarrollo Tecnológico en el Grupo INSUD y miembro del directorio del Conicet, este tipo de proyectos son muy prometedores. “Hace un par de años hicimos un estudio con Ubatec y Mincyt sobre prospectiva en ciencia y uno de los resultados que obtuvimos mostró el enorme potencial de poder combinar tecnología informática (TICs), nanotecnología y ciencias biológicas: eso será algo que va a revolucionar la medicina, tanto en atención como en prevención".

Según Ciccia, el concepto de "smart pill" también podría ser  utilizada, en el futuro, por pacientes añosos o con algún grado de déficit cognitivo. "Al principio será una tecnología para pocos, pero cuando se haga masiva y sus costos bajen, esto cambiará la perspectiva y será accesible para todos los pacientes".


Costado ético

Esta tecnología prometedora tiene también un costado delicado: ¿quién recibe esa información y como proteger la privacidad del paciente? Para Sebastián Graf, de la Universidad Favaloro, "el sistema informa al médico si se tomó la medicación. Son hechos que pueden ser conocidos por cuidadores o familiares. Pero se abre un debate complejo sobre esos datos personales. ¿Una empresa de seguros médicos, o de vida, debería conocer que patologías tiene o si el paciente cumple con su tratamiento? ¿Cómo cuidar esa información? Para Cetkovich-Bakmas, "el tema ético puede ser salvado con la firma de un consentimiento informado, por el cual la persona y sus familiares reciben todas las explicaciones de los efectos y el cometido del dispositivo. La idea no es "espiar" a nadie, sino garantizar la eficacia de un tratamiento".