CIENCIA

Argentina por ahora se salva del colapso mundial de las abejas

Científicos de todo el mundo buscan conocer por qué se multiplican las muertes de un insecto clave. El país, paraíso apícola.

Colmenares. La producción requiere cada vez más tecnificación debido a nuevos requerimientos.
| Cedoc

Mientras en todo el mundo la ciencia se devana los sesos para comprender por qué las abejas se están muriendo, la Argentina permanece extrañamente al margen de un fenómeno que asusta: las abejas son las encargadas de polinizar un tercio de lo que luego se transformará en el alimento del mundo. Mientras no dejan de aparecer artículos que evalúan hipótesis sobre las razones de las colmenas vacías, más de 20 mil productores nacionales miran el asunto de reojo.

Lo cierto es que más allá de la provisoria buena suerte nacional la abeja está en problemas y hasta hay campañas internacionales para juntar firmas para salvarlas. Como se dijo, el problema no se reduce a que faltará miel de las góndolas: desde hace millones de años estos insectos han coevolucionado con las flores, a tal punto que es impensable unas sin las otras.

Las causas hasta ahora evaluadas son numerosas. En España, el Centro Apícola de Castilla La Mancha dice que se trata de un parásito. En Francia, le echan la culpa al daño neuronal que causan los pesticidas en los minicerebros de los invertebrados. En varios centros de investigación de los EE.UU. creen que el factor principal es el virus israelí de parálisis aguda, que atacó en ese país, en Australia y en China. Un paper “probó” que las señales de los celulares las confunden y las hacen volar de un modo errático, antes de morir. Otro indicó que, al tener una dieta más reducida, el sistema inmunológico de las abejas se daña por falta de variedad en el polen.

La nota completa, en la edición impresa del diario PERFIL.

 

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