Santiago de Chile.- Científicos latinoamericanos y europeos buscan en los brazos espirales de la Vía Láctea planetas habitables para la Humanidad, reveló el brasileño Claudio Melo, astrónomo del Observatorio Europeo Austral (ESO).
La iniciativa también se extiende al centro de la galaxia, debido a que ambas zonas presentan altas concentraciones de estrellas, lo que facilita la eventual detección de estos cuerpos celestes.
No obstante, Melo aclaró que la posibilidad de encontrar planetas fuera del sistema solar es estadísticamente casi nula, pese a que desde 1995 se detectaron 20 de estas formaciones estelares. "La probabilidad, debido a las limitaciones técnicas, es una entre cinco mil, por lo que es casi un tema de azar", confesó el investigador, especialista en planetas extrasolares.
Sobre lo mismo, aclaró que los científicos en realidad no observan en directo los planetas, sino que sólo infieren su existencia. De hecho, técnicamente los astrónomos no ven estos cuerpos a través de los telescopios, sino que inducen su presencia, a través del estudio de los movimientos radiales de las estrellas y las longitudes de onda de luz que ellas emiten.
La tecnología desarrollada, empero, no permite detectar planetas de menor tamaño, por problemas de sensibilidad de los equipos existentes. Hasta ahora el primer paso para ubicar planetas potencialmente habitables es detectar alteraciones periódicas en la órbita de las estrellas, lo que sugiere la existencia de uno de estos cuerpos.
De hecho, dichos desplazamientos se producen por la atracción gravitacional entre la estrella y el planeta, incidiendo en la llamada velocidad radial de la estrella. O sea, afectando la aceleración y forma como se mueve.
Una vez detectado ese fenómeno, los científicos proceden a descomponer la luz emitida por las estrellas a través de un espectrómetro, lo que les permite ver las diferentes longitudes de onda de los distintos elementos químicos presentes en la estrella.
Los planetas, si existen, al pasar entre la estrella y la Tierra " eclipsan" parcialmente el paso de las longitudes de onda de elementos químicos como el helio y el hidrógeno, entre otros. Por ello, las variaciones en las mediciones de estas longitudes de onda permiten pronosticar la masa del planeta, primer elemento que debe ser analizado para evaluar su habitabilidad.
Como un último paso, y apoyándose en satélites instalados en el espacio, se procede a analizar las longitudes de onda emitidas por los planetas, en busca principalmente de agua, elemento vital para el desarrollo de vida.
Hasta ahora, si bien es imposible determinar la existencia de vida en los planetas descubiertos, su detección permitió cuestionar las teorías sobre la conformación de sistemas planetarios, explicó Melo.
Esencialmente, se pudo establecer que es posible la existencia de grandes planetas cerca de las estrellas y que al parecen emigran a través de sus sistemas solares a lo largo de su vida y evolución.
A futuro, las limitaciones técnicas debieren reducirse con las nuevas generaciones de equipos que la comunidad internacional planea construir. Por lo tanto, y pese a los miles de años luz de distancia, el descubrimiento de indicios de vida extraterrestre estará cada vez más cerca.