CIENCIA
Industria en crecimiento

Cada año, la Argentina tiene un déficit de 15 mil profesionales de la informática

Pese a que es uno de los rubros con menor desempleo y remuneraciones mayores al promedio laboral, las carreras vinculadas con los sistemas tienen una alta tasa de deserción.

Sistemas. Muchos estudiantes consiguen trabajo fijo como programador antes de terminar sus estudios.
| Cedoc

Año tras año, el mundo de la informática se extiende a nuevos dominios: de las PC a los smartphones, de los autos inteligentes a los electrodomésticos en red y de los videojuegos a tener wi-fi en todas partes. Este positivo avance digital necesita apoyarse en expertos en tecnologías de la información (TIC) capaces de producir software e instalar y mantener redes. Y allí es donde la Argentina se enfrenta con un grave problema.

“La industria tech demanda mucho personal. Cada año, solamente las empresas desarrolladoras de software tienen una demanda de más de 5 mil profesionales. Sin embargo, de las carreras específicas egresan apenas 3.600 expertos”, le detalló a PERFIL Santiago Ceria, director ejecutivo de la Fundación Sadosky, una organización cuyo objetivo es facilitar la articulación entre el sistema científico y la estructura productiva.

Pero el déficit es todavía más grave: José María Louzao Andrade, presidente de la Cámara Argentina de Software y Servicios Informáticos, le comentó a este diario que “la demanda insatisfecha total de profesionales de tecnología, en el mercado, ronda los 15 mil expertos cada año”.

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Para el doctor Marcelo De Vincenzi, decano de la Facultad de Tecnología Informática de la UAI, los “cálculos indican que cada año el déficit laboral de puestos TIC es cercano al 30%. Y muchas empresas comentan que deben postergar proyectos informáticos porque no pueden encontrar el personal necesario, pese a que las remuneraciones son mejores que el promedio”.

Deserción. El origen del problema es complejo y se relaciona con varios factores. Según los responsables de varias facultades TIC consultadas por PERFIL, al inicio de cada ciclo universitario se anotan unos 20 mil alumnos, pero egresa sólo el 20%.
Esta deserción estudiantil se explica, en parte, porque en los últimos diez años la industria argentina del software quintuplicó sus exportaciones y cuadruplicó su personal hasta facturar –hoy– unos US$ 1.300 millones anuales.

“Así, suele ocurrir que las empresas ofrezcan pasantías muy bien pagas y luego efectivicen a los estudiantes, lo que termina haciendo que muchos abandonen sus estudios”.
La solución de fondo de este déficit pasa, aseguran los expertos, por aumentar la matrícula inicial, incentivando las vocaciones en los estudiantes secundarios. Y también por reformar los planes educativos de las escuelas secundarias, incorporando una nueva manera de enseñar computación y programación, entre otras ideas.

Nuevas carreras. Para facilitar que más egresados TIC se integren al mundo laboral, las universidades han desarrollado un arsenal completo: tecnicaturas de tres años, licenciaturas en cinco, diplomaturas y posgrados de todo tipo.
Según De Vincenzi, hay carreras especialmente pensadas para seducir a los estudiantes secundarios, como Programador de Videojuegos, “que pese a su nombre no sólo tiene que ver con lo lúdico, sino con la capacidad de aprender a programar simulaciones de todo tipo dentro del ambiente informático”.

También se suma a la oferta un tema reciente: Administrador de Comunidades Virtuales. Estos profesionales administran los recursos informáticos para capitalizar los esfuerzos de imagen de las compañías en las redes sociales.
Y para los que buscan especializaciones sofisticadas existe, por ejemplo, el Data Mining, un posgrado que se focaliza en análisis de conductas de diversos grupos de consumidores, a partir de desmenuzar y cruzar grandes cantidades de datos.

Javier Zuñiga, director del Departamento de Tecnología Informática de la UADE, también relata que entre sus opciones se destaca una reciente Licenciatura en Bioinformática, una especialidad con mucho futuro ya que capacita profesionales encargados de procesar grandes volúmenes de información de origen biológico. “Creemos que esta carrera va a tener un crecimiento explosivo en los próximos años, con amplia demanda por parte de institutos de investigación, laboratorios de salud y empresas de biotecnología”.
Por su parte, Roberto Bevilacqua, director del Area Informática de la Universidad de San Martín, recordó que –según cálculos de la compañía Cisco–, “en el área de sistemas de redes, para el año 2015 se proyecta una demanda tal que habrá un déficit de 10 mil especialistas”.

Según Bevilacqua, en la Unsam se dictan –entre otras– dos carreras de pregrado apuntando a cubrir ese nicho: tecnicaturas en Programación y Redes.

Finalmente, Louzao Andrade, de Cessi, resumió la importancia del tema: las carreras TIC son un camino central ya que con planificación, estímulos y una visión integral, la Argentina puede aprovechar esta oportunidad y llevarnos a estar entre los países más desarrollados del mundo”.

 

Una carrera masculina

Un estudio sociológico sobre género e informática, realizado en 2013 por encargo de la Fundación Sadosky, reveló el perfil de estudiantes de carreras de tecnología. Por lo pronto, mostró que es una especialidad que hoy tiene un fuerte sesgo de género: las mujeres representan apenas el 18% de los estudiantes de Informática. Lo curioso es que este fenómeno es bastante reciente. La carrera de Computador Científico en la UBA acaba de cumplir 52 años y –durante décadas– mantuvo amplia mayoría femenina. De hecho, en los 70, hasta el 75% de los cursantes eran damas.
Un punto interesante del estudio tiene que ver con las representaciones y los mitos que predominan entre los estudiantes secundarios acerca de cómo son los programadores, que –tal vez– contribuye a dificultar vocaciones: a los informáticos se los ve como “personas inteligentes, que trabajan mucho, son jóvenes, en su mayoría varones, de tez blanca y usualmente usan anteojos”. Además, se los cataloga como “no especialmente buenos para las conquistas amorosas”.