En una conferencia en 1992 previa al inicio de la Exposición Universal de Sevilla, Stephen Hawking debía inaugurar un gran auditorio y quería que fuese inolvidable. Para ello, pidió ingresar a oscuras en la sala repleta, acompañado por la canción Tiempo de Pink Floyd y a toda velocidad con su silla de ruedas. “Casi no llega a parar, frenó en el borde del escenario y muchos corrieron para sostenerlo. Se asustó todo el mundo y él se reía porque hacía este tipo de juegos”.
Así recuerda al físico británico, que murió el miércoles pasado a los 76 años, el director del Instituto de Física de Buenos Aires (UBA-Conicet), Juan Pablo Paz. “En ese momento todavía podía manejar la silla con los dedos de la mano derecha”, detalla Paz. Hawking padecía desde los 21 años esclerosis lateral amiotrófica, una enfermedad que produce una degeneración física progresiva.
Entre sus aportes científicos se destacan la demostración de teoremas relacionados con la formación de agujeros negros y con lo que se conoce como el modelo del Big Bang. “En la década del 70 comenzó a estudiar algunos aspectos de la mecánica cuántica en presencia de agujeros negros”, señala Diego Mazzitelli, investigador del Conicet en el Centro Atómico Bariloche.
Mazzitelli explica que los agujeros negros son una predicción de la teoría general de la relatividad que se pueden describir como objetos tan densos que no dejan escapar nada, ni siquiera la luz. “La mecánica cuántica es la teoría que utilizamos para describir la naturaleza a escalas microscópicas (atómica, nuclear y subnuclear). Hawking consideró efectos de mecánica cuántica en presencia de agujeros negros y llegó a un resultado notable: los agujeros negros no son realmente negros, emiten una radiación análoga a la que emite cualquier objeto a una cierta temperatura”, explica.
Según el argentino Jorge Pullin, profesor de la Universidad Estatal de Luisiana (EE.UU.), esta radiación de Hawking generó un interrogante ya que a medida que el agujero negro radia, pierde energía y, por ende, masa, por lo que eventualmente se evaporaría por completo. “Eso abre la pregunta sobre qué pasó con todo lo que cayó dentro del agujero negro para formarlo, lo que se conoce como la paradoja de la información”, describe.
Aún no es claro cómo es el proceso completo, ya que tal como explica Pullin el cálculo parcial de Hawking solo es válido al comienzo del mismo. Este desafío para la física teórica involucra la termodinámica, la física cuántica y la relatividad general. Para Pullin, “el hecho de que cuarenta años después aún sigamos sin entender eso es un testimonio de la profundidad de la pregunta que planteó Hawking”.
Ejemplo. El investigador del Conicet y profesor del Instituto Balseiro Diego Harari advierte que si bien la predicción de Hawking sobre los agujeros negros tuvo y sigue teniendo un enorme impacto en muchos desarrollos teóricos, aún no se ha logrado verificar experimentalmente. “Es difícil hacerlo, ya que un agujero negro de masa como la del Sol emite a una temperatura de una millonésima de grado por sobre el cero absoluto, y su temperatura es aún menor si es más pesado. No se ha encontrado evidencia de agujeros negros mucho más livianos que podrían estar evaporándose por el ‘efecto Hawking’ y emitiendo copiosamente radiación gamma”.
Aunque es difícil, Paz aclara que hay misiones satelitales que buscan posibles fuentes de radiación de Hawking emitida por agujeros negros primordiales que podrían haberse creado en edades muy tempranas del universo. “Es cierto que su contribución a la ciencia no es comparable a la de Einstein o Newton. No es el padre de una revolución científica”, opina. De todos modos, “el hecho de sobrellevar una enfermedad terrible y en ese contexto seguir trabajando y hacer divulgación de la ciencia le dio mucha notoriedad”.
Para la física Silvia Mollerach, del Centro Atómico Bariloche, Hawking inspiró a muchos a tratar de conocer más sobre el universo. “Como persona es sin duda admirable su tenacidad para superar las adversidades”.
gabriela gonzalez, fisica
“Admiro su esfuerzo por divulgar ciencia”
Por sus apariciones en series de televisión y por los libros que publicó, como Breve historia del tiempo, El gran diseño y La teoría del todo, Stephen Hawking se convirtió en un importante divulgador de la ciencia. “Yo lo admiraba mucho como científico, sus contribuciones fueron importantísimas, pero lo que más admiré –sobre todo después de conocerlo– fue su esfuerzo para hacer llegar la ciencia al público en general con libros, películas, series de TV y opiniones sobre muchos temas”, le dijo a PERFIL la física cordobesa Gabriela González, quien lideró el equipo del detector LIGO que logró realizar la primera detección de ondas gravitacionales.
González lo conoció el año pasado cuando Hawking festejó su cumpleaños número 75 con conferencias públicas. “Me dijo haber escrito sobre ondas gravitacionales en una biografía que publicó y yo no había leído. En lugar de ofenderse, me regaló un libro autografiado con su impresión del pulgar, una de mis posesiones más preciadas”.