París – Un grupo de científicos puso a punto unos nanocables de silicona, más finos que un cabello, capaces de captar la energía solar y transformarla en corriente eléctrica, según un estudio que será publicado este jueves en la revista científica Nature.
En menos de diez años, estos minúsculos captores de luz, casi invisibles a simple vista, podrían servir en la lucha contra el bioterrorismo o ayudar a la medicina a investigar mejor el cuerpo humano.
Se trata de un estudio encabezado por científicos de la Universidad de Harvard, en los Estados Unidos, con el investigador Charles Lieber al mando, que crearon un cable de silicona capaz de convertir a la luz solar en corriente eléctrica.
La cantidad de electricidad producida por un cable es de 20 milmillonésimas de vatio, lo que no obstante permitiría alimentar aparatos microscópicos. El espesor es de 100 nanometros, es decir una diezmilésima de milímetro, con lo que podrá implantarse dentro del cuerpo.
Los captores tienen como ventaja que producen una energía limpia, eficaz y renovable. Aunque un nano-aparato consume muy poca, “para una aplicación interesante harán falta varios equipos interconectados, y la cuestión de la alimentación, incluso para los nanosistemas, puede ser un desafío”, declaró Lieber.
El científico dio como ejemplo la utilización para vigilar las amenazas bioterroristas, que “exigirá toda una serie de captores y procesadores para analizar las señales recibidas, así como nanotransmisores para enviar la información a una instalación centralizada”. En comparación con las prestaciones de los nanocables, las fuentes tradicionales de energía son "no renovables y caras", según el investigador.
Fuente: AFP