El uso de los smartphones debería ocupar un manual entero de buenas costumbres. Es que, lejos de ser un dispositivo cualquiera, estos “intrusos” ya se sientan a cualquier mesa como un invitado más. “Hay que poner límites cuando la tecnología ya se percibe como una invasión. Se recomienda apagar el celular para comer o dejarlo en el bolsillo en silencio. Si se espera una llamada urgente, avisar con anticipación a los acompañantes, dejarlo en modo vibración y levantarse para atender el llamado”, recomendó Edith Cortelezzi. Es que llevar el celular a la mesa es visto como mala educación, así como sacar fotos a la comida con el smartphone. Un buena idea tuvieron en el restaurante Hanzo de Vitacura, de Santiago de Chile, donde se invita a los comensales a dejar sus teléfonos en custodia a la entrada del local a cambio de descuentos. Para la experta en protocolo, también hay que ser muy prudentes al llamar al celular para localizar a una persona fuera del horario laboral. “Siempre hay que tratar de preguntar si la persona puede hablar en ese momento o si prefiere que la llamemos después. En realidad, lo ideal sería enviar un mensaje de texto preguntando si puede atender antes de llamar”, concluyó.