Polémica y controvertida, la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) está nuevamente en el ojo de la tormenta. Esta vez las dudas recaen sobre sus efectos colaterales: según confiaron a Perfil fuentes del Sistema Nacional de Farmacovigilancia, en la Argentina se reportaron durante 2008 siete casos de efectos adversos, aunque ninguno de gravedad, dijeron las fuentes oficiales.
Las vacunas que se comercializan actualmente en nuestro país, y que cuentan con la aprobación de la ANMAT, son Gardasil (del laboratorio Merck, Sharp & Dohme) y Cervarix (de GlaxoSmithKline). Estos casos se suman a dos de mayor gravedad que en las últimas semanas conmocionaron a Valencia, en España, donde dos niñas de entre 11 y 14 años fueron internadas con convulsiones, supuestamente tras recibir la segunda dosis. Aunque la agencia europea del medicamento (EMEA) emitió un informe en el que se indicaba que “es poco probable que las reacciones estén relacionadas con la vacuna” y se recomendaba continuar con la inmunización –en España la vacuna es obligatoria y gratuita–, el lote del medicamento fue provisoriamente sacado del mercado.
Perfil habló con Alfredo Wilkinson, director médico de Merck en la Argentina quien confirmó que ningún lote sospechado de la vacuna se comercializó en el país. Pero, con el alerta, la efectividad y la seguridad de la vacuna volvió a ser cuestionada. Un grupo de ginecólogos de la Universidad de Córdoba, coordinados por Teresita Audisio, presidenta del Grupo de Estudio de las patologías del Tracto Genital Inferior, elaboraron un informe donde piden “cautela” con la aplicación en niñas.
En noviembre de 2008, Perfil publicó un artículo sobre la polémica por una campaña que llamaba a vacunarse y los costos de la vacuna.