Escaso consumo de lácteos, déficit de calcio y de vitamina C; baja actividad física y altas tasa de sobrepeso y obesidad son algunas de las conclusiones que se destacan de la Primera Encuesta Alimentaria y Nutricional de la ciudad de Buenos Aires, realizada sobre 5.500 familias por la Dirección General de Desarrollo Saludable del Gobierno porteño.
“Este trabajo, que estamos presentando oficialmente hace un par de semanas, lo hicimos con asesoramiento de Unicef y del Cesni, y se destacan varios datos llamativos. Por ejemplo, cada vez más los chicos del colegio primario reemplazan el vaso de leche por jugos o gaseosas”, le resumió a PERFIL la nutricionista Florencia Flax Marco, coordinadora técnica del trabajo. Y agregó: “comprobamos que el 65% de los chicos que asisten al primario no cubren los requerimientos nutricionales de calcio internacionalmente recomendados”.
Pero los datos más preocupantes son el sobrepeso y la obesidad, los principales problemas nutricionales detectados en preescolares de 2 a 4 años y que afectan a dos de cada cinco niños. “La prevalencia de estas patologías se extiende durante toda la primaria y llega al 42,4% de los chicos”, dijo Flax Marco.
Al analizar cómo se hidrataban, se encontró que cuatro de cada diez niños consumía bebidas azucaradas (gaseosas y jugos) en forma diaria; y menos del 18% tomaba lácteos, mientras que apenas el 1%, recibía infusiones sin azúcar o jugos naturales. La encuesta también encontró que más de un tercio de los niños (37,7%) en edad escolar no alcanzaba a realizar los sesenta minutos de actividad física diarios recomendados por los organismos internacionales.
Para intentar cambiar esta realidad, hace ya dos años el gobierno porteño está impulsando diferentes programas. Según María Eugenia Vidal, funcionaria de quien depende esta área, “la Dirección armó diferentes proyectos para que los vecinos tomen conciencia de la importancia de cuidar su salud, tener una alimentación sana y realizar ejercicio físico”.
En esa línea se inscriben las 34 estaciones saludables inauguradas en diferentes plazas y parques. “Allí hay personal de salud que hace controles de peso, de glucemia y de presión arterial. Además, en diez estaciones hay nutricionistas que sugieren dietas y recetas”, agregó Hector Gatto, a cargo de esa Unidad. Según Gatto, también se han hecho talleres de alimentación responsable para abuelos, padres y chicos en diferentes escuelas públicas. Y se está probando un programa piloto para que los docentes impulsen –durante los recreos– la realización de actividades físicas y deportivas.