Un equipo de la Stanford University en California utilizó software de aprendizaje para clasificar datos generados por escáneres cerebrales y detectar cuándo las personas tienen dolor.
"La pregunta que estábamos tratando de responder era si podemos usar (técnicas de) neuroimagen para detectar objetivamente si una persona está en estado de dolor o no. La respuesta fue 'sí'", dijo el doctor Sean Mackey, de la Escuela de Medicina de la Stanford University. El estudio fue publicado en la revista PLoS One.
Actualmente, los médicos confían en los pacientes para decirles si tienen dolor. “Y esa sigue siendo la regla de oro para evaluar el dolor”, dijo Mackey. Pero algunos pacientes, los muy jóvenes, los muy viejos, los que tienen demencia o quienes están inconscientes, no pueden decir si tienen dolor, y eso ha llevado a una larga búsqueda de una manera de medir el dolor objetivamente.
"Las personas han estado buscando un detector de dolor durante mucho tiempo", dijo Mackey. "Estamos esperanzados en poder usar eventualmente esta tecnología para una mejor detección y tratamiento del dolor crónico", agregó. Para el estudio, el equipo de Mackey usó una máquina de vectores de soporte, un algoritmo de aprendizaje inventado en 1995, para clasificar patrones de actividad del cerebro y determinar si alguien está experimentando dolor o no.
Para entrenar la computadora, ocho voluntarios se sometieron a escáneres cerebrales mientras eran tocados primero por un objeto que estaba caliente y luego por otro que estaba tan caliente que era doloroso. La computadora usó datos para que estos escáneres reconozcan diferentes patrones de actividad cerebral que ocurren cuando una persona está detectando calor, y cuáles detectan el dolor, explica la agencia Reuters. En las pruebas realizadas la computadora tuvo una precisión de más del 80 por ciento al detectar qué escaneos del cerebro pertenecían a personas con dolor y fue igual de certero para descartar a quienes no tenían dolor.
Mackey advirtió que el estudio se realizó en un ambiente de laboratorio muy controlado y no evaluó las diferencias entre dolor crónico o agudo.
Más de 100 millones de estadounidenses sufren dolor crónico y tratarlos cuesta alrededor de 600.000 millones de dólares cada año en gastos médicos y pérdida de productividad, dijo el Instituto de Medicina, perteneciente a la Academia Nacional de Ciencia, en junio.