La epidemia de sobrepeso y obesidad, que afecta a cada vez más personas, suele analizarse detenidamente en términos de tratamientos y prevención; pero queda en segundo plano el fuerte impacto económico global de esos kilos de más sobre los sistemas de salud.
Ahora, un estudio presentado durante el XIX Congreso Argentino de Nutrición, que finaliza hoy en Mar del Plata, le pone algunos números concretos a esta situación: el exceso de peso le cuesta al país $ 190 millones anuales debido a la pérdida de productividad por muerte prematura, según datos de 2007. Esta cifra equivaldría al 7% del presupuesto del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires.
“La obesidad aumenta el gasto en salud entre un 15 y un 20%”, le dijo a PERFIL Juan José Gagliardino, investigador del Conicet y director del Centro de Endocrinología Experimental y Aplicada (Cenexa). “La prevalencia de sobrepeso y de obesidad pasó de 49% en 2005 a 53,4% en 2009. Y algo similar ocurrió con el sedentarismo, que creció del 49 al 54,9%”, sostuvo el experto.
Gagliardino explicó que hay varias patologías frecuentemente asociadas a la obesidad, que también incrementan los gastos en salud. “Una persona obesa es más propensa a desarrollar hipertensión arterial, diabetes tipo 2, dislipemia y tabaquismo. De esos factores, sólo el último es adquirido, mientras que los demás son consecuencia de la herencia, y se potencian por la situación de salud, con lo cual seguramente esas personas requerirán medicación y se incrementará el gasto.”
Más costos. En esa misma línea de trabajo, otro investigador del Cenexa, Jorge Elgart, determinó que los diabéticos desembolsan más en medicamentos a medida que su índice de masa corporal (IMC) aumenta. “Con un IMC normal, gastan $ 782 mensuales. Si padecen sobrepeso, pagarán $ 936, y si son obesos el gasto se eleva hasta $ 1.149, 47% más”.
Los estudios del Cenexa son concluyentes: una persona diabética de peso normal paga hasta un 14% menos que otra, con esa misma enfermedad, pero obesa. Es decir que, existan o no patologías asociadas, la obesidad aumenta considerablemente el gasto en salud. A estos análisis Gagliardino sumó otro dato: “Si dividimos el presupuesto nacional de salud por los habitantes del país, nos da unos $ 700 anuales per cápita. Esta cifra, para tratar a alguien con obesidad y comorbilidades es insuficiente”.
Para Ricardo Basile, presidente del Congreso, “el enorme aumento de los costos médicos es un problema global, algo que se ve muy claramente en algunas patologías relacionadas con el sobrepeso, como la diabetes”. En su opinión, la manera más efectiva de disminuir esos gastos son las intervenciones saludables sobre los hábitos y las conductas, por medio de la educación de los pacientes.
Tomar más agua, una estrategia efectiva
Como consecuencia del incremento del gasto en salud, las autoridades y los especialistas permanentemente buscan alternativas que permitan luchar contra la obesidad. Una de ellas surge del análisis realizado por Jodi Stookey, del Children’s Hospital & Research Center de Oakland, en Estados Unidos, quien demostró que beber agua ayuda a bajar de peso, porque “disminuye la ingesta total de energía y facilita que se ‘quemen’ grasas”. Al beber agua se evitarían las calorías extra que agregan bebidas azucaradas a lo que se ingiere mediante la comida.
“Yo no me animo a decir que la solución a la obesidad sea tomar agua, porque sería muy simplista. Sin embargo, creo que es una buena estrategia no sólo porque el 60% del peso corporal es agua, con lo cual se demuestra cuán vital es, sino porque contribuye a no sumar calorías extra, sobre todo si se la compara con ingerir otro tipo de bebidas como gaseosas”, opinó Gagliardino.
