Cada vez más mujeres deciden entrar al quirófano para eliminar el exceso de piel y tejido graso de sus brazos. La mayoría de ellas tiene entre 40 y 54 años y recurre a la cirugía en busca de una solución a un tema que las acompleja y que no les permite lucir musculosas o vestidos sin mangas: la flacidez de la parte interna del brazo, conocida popularmente como “salero”.
Aunque no hay cifras de cuántas operaciones de este tipo se realizan en Argentina cada año, los cirujanos consultados por PERFIL aseguraron que las consultas para reducir y modelar los brazos está en crecimiento. “En el servicio recibimos cada vez un mayor volumen de consultas relacionadas con este tema. Probablemente, se deba al aumento de cirugías bariátricas que se realizan en el país. Pero también notamos un incremento de las consultas en casos tal vez no tan extremos”, explicó Luis Corrales, del servicio de Cirugía Plástica del Hospital Universitario Austral.
En EE.UU., según estadísticas de la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos, las intervenciones para estirar y eliminar la flacidez de la parte superior de los brazos se han disparado un 4.378% desde 2000. En concreto, en 2012 se realizaron un total de 15.457 operaciones de este tipo, mientras que doce años atrás no llegaban a 400. En el 98% de los casos, quienes se sometieron a la cirugía eran mujeres mayores de 40 años.
Técnicas. “La flaccidez cutánea en los brazos es común en las mujeres a lo largo de los años debido a la pérdida de elasticidad cutánea y tono muscular. Esto se traduce en la caída de los tejidos del brazo dando el aspecto ‘deflacionado’ y envejecido. La pérdida de peso también está relacionada con este problema”, sostuvo Corrales.
Según la cantidad de exceso de piel de la paciente, se puede recurrir a dos técnicas: la braquioplastía, conocida como ‘lifting de brazos’, o la liposucción. “La primera consiste en quitar, mediante cortes, el exceso de piel y tejido graso. Es una técnica invasiva y está indicada ante grandes cantidades de piel. La liposucción ultrasónica o láser consiste en aspirar el contenido adiposo mediante una pequeña incisión y sin resección de la piel. Tiene muy buenos resultados, sin un postoperatorio tan largo y permite, en caso de necesidad, proceder con una cirugía más resectiva”, explicó Patricio Jacovella, jefe de servicio Cirugía Plástica del Hospital de Clínicas.
Para Oscar Zimman, profesor asociado de Cirugía Plástica de la Facultad de Medicina de la UBA, si la indicación es correcta los resultados de la braquioplastía son buenos. “Igual hay que advertir a las pacientes sobre la cicatriz visible que puede quedar”. En el caso de la liposucción, la única cicatriz es de cinco milímetros, (la medida para que ingrese la cánula). En ambos casos, la paciente deberá utilizar una trusa compresiva en los brazos.
Los bíceps de las celebridades que todas quieren tener
Los médicos dicen que no hay una única razón detrás del aumento de estas cirugías en EE.UU., aunque los brazos musculosos de las celebridades y, en menor medida, la tendencia de la moda a usar prendas sin mangas podría estar influyendo. Una reciente encuesta realizada por la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos (ASPS, por sus siglas en inglés) encontró que las mujeres están prestando más atención a los brazos de las celebridades femeninas. Según la encuesta, las mujeres admiran los brazos de la primera dama Michelle Obama, seguidos de cerca por la actriz Jennifer Aniston, además de los bíceps tonificados de Jessica Biel, Demi Moore y la presentadora de talk-show Kelly Ripa. “Creo que siempre estamos influenciados por las personas que vemos constantemente, ya sea en el cine o en la televisión. Los vemos y pensamos: ‘me gustaría verme así”, sostuvo David Reath, presidente del Comité de Educación Pública de la ASPS.