Un chip que intenta replicar el funcionamiento de un órgano humano, una nueva manera de obtener energía verde, la primera valija inteligente del mundo, una bicicleta eléctrica que se pliega en pocos segundos y una plataforma para modernizar la forma de hacer política son algunos de los diez proyectos elegidos por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), a través de su publicación en español Technology Review.
“Se trata de la quinta edición del concurso que se ha vuelto un referente mundial para descubrir los mejores talentos emergentes de una veintena de países”, le explicó a PERFIL Rafael Salazar, director del programa Innovadores menores de 35 para América Latina del MIT.
“Fue complejo porque el jurado –compuesto por profesores del MIT y con la colaboración del Ministerio de Ciencia de la Nación y del Banco Interamericano del Desarrollo– tuvo que elegir a los diez jóvenes innovadores destacados de Argentina y Uruguay entre más de 400 postulantes”.
Una de las ganadoras fue la argentina Solange Massa, quien participa de un proyecto para diseñar órganos en un chip. “Estuve trabajando, junto con otros colegas, en el desarrollo de un chip que contiene células de hígado, de corazón y vasos sanguíneos. En el futuro se lo podrá usar para probar, en forma segura, la toxicidad de los nuevos medicamentos”, le contó a PERFIL Massa, desde EE.UU, donde forma parte del programa de soluciones globales de la Singularity University y está trabajando en un nuevo proyecto de análisis genéticos.
Otra idea que sorprendió al mundo innovador fue la valija inteligente de Diego Sáez Gil. “Es una idea muy útil teniendo en cuenta que cada año las aerolíneas pierden cerca de 25 millones de equipajes”, dijo Sáez Gil. Para evitarlo, la “BlueSmart” tiene un GPS interno que la rastrea en todo momento desde el smartphone, una balanza interna para evitar recargos y, además, un candado inteligente que se maneja desde el celular.
Una huelga de transporte urbano que paralizo a la ciudad de Córdoba en 2012 hizo que Lucas Toledo inventara la Gi FlyBike, una versión eléctrica e inteligente de la bicicleta tradicional que, además, se pliega en tan sólo un segundo. “Desde que se inventó, la bicicleta sigue siendo la forma más eficiente de transporte individual. Además es ecológica y saludable”.
Creativos. Otros de los jóvenes innovadores argentinos elegidos son: Danilo Cantero por su idea para sustituir la demanda de petróleo obteniendo biomasa gracias a un nuevo tipo de reactor de celulosa; Fernando Derossi, quien diseñó un sistema llamado Agrozone, donde usa técnicas de big data para procesar imágenes y algoritmos para calcular insumos, mejorar el rinde y elevar la productividad de un campo, y Francisco Colombatti, por el desarrollo de Molinos Agro, un procedimiento para generar harina de soja en forma más económica y segura.
Además, se premiará a Alejandro Esperanza, quien diseñó la plataforma Gurucargo, un sitio web especializado en logística, que innova en la manera de buscar y contratar fletes, y a Guido Vilariño por haber armado una plataforma online llamada DemocracyOS, y que es ideal para llevar adelante iniciativas políticas ciudadanas.
Por el lado de Uruguay, se eligieron los proyectos de: Lucía Spangenberg, quien tiene en pleno desarrollo Genlives, una plataforma para solicitar una serie de tests genómicos cuyos resultados son interpretados por un especialista con la ayuda de algoritmos de inteligencia artificial, y Marcelo Wilkorwsky, que está tratando de usar los aportes de la creciente comunidad de usuarios de su app Oincs para crear una red de alertas de tráfico y de delito actualizada en tiempo real.
Todos los ganadores recibirán su premio el próximo viernes en Tecnópolis, en el marco de la Semana Nacional del Emprendedor Tecnológico, organizada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.
Una comunidad global para emprender
Innovadores menores de 35 es una comunidad global que en América Latina suma ya a más de 200 jóvenes de Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, México, Perú, Uruguay y Centroamérica. El premio del MIT es muy particular porque integra cuatro vertientes que se suman y complementan: la academia, con los profesores del MIT; el Estado, que fomenta el emprendedorismo; los entes multilaterales, como el Banco Interamericano del Desarrollo y las empresas privadas.
“Este premio es una gran ayuda para quienes lo reciben”, le dijo a PERFIL Rafael Salazar, director para América Latina del concurso. Y explicó que si bien ganarlo no implica una retribución económica para los premiados, todos los ganadores se integran a una comunidad de talento global auspiciada por el MIT. “Esto es algo que les otorga mucha visibilidad y también les da acceso a inversores, a mentores expertos y a colegas que les permiten armar redes efectivas junto a otros emprendedore para hacer crecer sus proyectos”.