La discusión sobre si el sexo, además de ser placentero, sirve para ejercitarse es casi tan antigua como su práctica. Sin embargo, un reciente estudio realizado por la Universidad de Montreal, en Canadá, arrojó nuevos resultados: teniendo en cuenta las calorías consumidas en cada encuentro –101 para los hombres y 69 para las mujeres–, tener sexo es tan saludable como caminar durante 30 minutos, pero menos que correr el mismo período de tiempo.
Los científicos llegaron a esta conclusión realizando pruebas no en un laboratorio, sino por primera vez en la intimidad de los hogares de los voluntarios, gracias a unas pulseras inteligentes. Así, las 21 parejas conformadas por hombres y mujeres de entre 18 y 25 años liberaron su máximo potencial en cada uno de los cuatro encuentros de aproximadamente 25 minutos que mantuvieron durante la investigación, siempre contando desde el “juego” previo.
En promedio, los hombres gastaron 101 calorías por encuentro sexual, mientras que las mujeres quemaron 69 calorías. Luego, compararon estos resultados con el gasto calórico que tuvieron al correr en forma moderada sobre la cinta durante media hora: los hombres habían quemado 276 calorías y las mujeres, 213. “Concluimos que la intensidad, medida en MET (equivalentes metabólicos) que se ejerce durante la actividad sexual es mayor a la de caminar a unos 4,8 kilómetros por hora e inferior a la de correr a 8 km/h”, le dijo a PERFIL vía e-mail Antony Karelis, autor principal del estudio publicado en la revista Plos One.
“El sexo es una de las actividades cotidianas que puede ser considerada ejercicio, sobre todo porque activa el metabolismo. Lo que habría que establecer es qué pasa en cada pareja en particular, ya que no todas rinden lo mismo”, explicó Alberto Cormillot, director del Instituto Argentino de Alimentos y Nutrición.
Por su parte, Mónica Katz, especialista en nutrición, sostuvo que “en una performance sexual promedio se gastan entre 80 y 100 calorías, dependiendo de la posición, la cantidad de músculos involucrados, la intensidad del esfuerzo y la duración del acto”.
Diferencias. El estudió obtuvo un dato que llamó la atención de los investigadores: durante el encuentro sexual los hombres habían consumido el 45% más de energía calórica que las mujeres. ¿Se esfuerzan más ellos entre las sábanas? “Pensamos que se debía a la diferencia de peso corporal, pero comprobamos que no. Por el momento, no podemos explicar las diferencias entre hombres y mujeres. Es un aspecto para analizar en el futuro”, manifestó Karelis, quien además remarcó la importancia del estudio ya que “confirma que la actividad sexual puede considerarse parte integral de un estilo de vida saludable”.
Los especialistas coincidieron en que incorporar el sexo como ejercicio es una estrategia en la que se puede hacer hincapié: “Genera gasto calórico, es sencillo de comprender y comunicar, no posee costos asociados y es beneficioso para la salud. Esto quiere decir que el sexo representa una herramienta muy útil para sumar a una campaña antiobesidad”, dijo Katz.
“Otro aspecto positivo tiene que ver con romper la rutina: ya no se piensa sólo en los encuentros de última hora de la noche cuando los dos están cansados, sino que se puede planificar algo a la mañana o a media tarde”, agregó Silvina Valente, coordinadora del curso de posgrado en Sexología Clínica de la Universidad Favaloro.