CIENCIA
pablo raffaele, nefrologo de la favaloro

“El trasplante cruzado es una alternativa ante la falta de órganos”

El jefe del equipo médico que operó a Jorge Lanata repasa los detalles de la inédita cirugía que incluyó un intercambio de donantes. Galería de fotos

Pioneros. Pablo Raffaele operó a Jorge Lanata en un trasplante inédito.
| Juan Obregon

Hace un año, durante un congreso médico en San Francisco, Estados Unidos, el doctor Pablo Raffaele, jefe de la Unidad Renal de la Fundación Favaloro, escuchó a su par Stuart Flechner de la Cleveland Clinic presentar la experiencia de los primeros mil trasplantes de riñón con donante vivo cruzado realizados en ese país, y quedó impactado por los resultados.

A su regreso, reunió a su equipo y comenzó a revisar la bibliografía disponible para discutir si esta estrategia se podía aplicar en la Argentina en beneficio de los pacientes que necesitan un trasplante renal pero que tienen un donante familiar no compatible (diferente grupo sanguíneo o cross-match positivo). “Decidimos que era posible, tomamos los pacientes que teníamos en ese momento en evaluación en el servicio y de ahí surgió este entrecruzamiento”. Raffaele se refiere al inédito intercambio de donantes entre dos parejas que se realizó hace una semana en la Fundación Favaloro y que permitió trasplantar al periodista Jorge Lanata.

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El procedimiento, el primero de su tipo en América Latina, incluyó a cuatro pacientes: Lanata recibió un riñón de una donante llamada Nora, y a su vez la esposa del periodista, Sara Stewart Brown, donó uno de sus riñones a Ignacio, el hijo de la mujer. Para esto fue necesario contar con la autorización del juez Francisco de Asís Soto, a fin de demostrar que la donación cruzada era un acto de “carácter voluntario, altruista y desinteresado”.

La cirugía se realizó en forma simultánea”, explicó Raffaele en conferencia de prensa ante una consulta de PERFIL. “Los pacientes entraron a cuatro quirófanos de la Fundación Favaloro al mismo tiempo, ya que hay un punto de la ley que dice que toda persona puede arrepentirse hasta último momento de ser donante”.

—¿Representó un desafío desde lo técnico?
 —Como fue simultáneo, se requirieron distintos equipos quirúrgicos. Contamos con dos cirujanos vasculares, dos urólogos, cuatro anestesistas y ayudantes, más dos nefrólogos que coordinábamos la situación entre cada quirófano. El desafío no fue tanto técnico, sino coordinar toda esa situación en virtud de la realidad de cada cirugía, de las características propias del paciente.

Estrategia. En 2013 se realizaron en el país 1.200 trasplantes de riñón. Pero en ese mismo período ingresaron 7 mil pacientes a diálisis. “La actividad de trasplante con donante cadavérico no alcanza a satisfacer las necesidades de los pacientes. Por eso la opción de trasplante con donante vivo relacionado es aceptada mundialmente. Pero se considera que el 30% de los pacientes presentan incompatibilidad con su donante familiar”, detalló Raffaele.

“En estos casos, cuando teníamos una pareja incompatible, lo que hacíamos era desensibilizar al receptor: le sacábamos los anticuerpos que tenía contra el ‘DNI’ del donante en un intento de sortear la barrera inmunológica. Todavía esto se hace, pero significa un riesgo mayor para el receptor porque debe ser inmunosuprimido. En esta situación se inscribe la posibilidad de intercambiar los donantes. El concepto es: cada paciente tiene su donante autorizado por ley, pero que le hace bien a su vecino. Los receptores ganan con el intercambio porque no debemos desensibilizarlos, y los donantes no aumentan su riesgo”.

—¿Cree que el Incucai debería crear un programa de donante renal cruzado?
 —Por ahora el mensaje a los pacientes en lista de espera es que esta estrategia es un aporte, una alternativa, la posibilidad de aumentar la actividad de trasplante con donante vivo, pero no una solución definitiva. En EE.UU., el trasplante cruzado significa el 10% de los procedimientos con donante vivo. Cada paciente tendría que dirigirse a su centro de trasplante para hablar con sus médicos de esta posibilidad. El Incucai deberá analizar si esto se sistematiza en cadenas de intercambio entre centros. Esto es un debate que está en plena tarea.


Tras el alta, el riesgo de infección y los controles

Si todo marcha bien, entre hoy y mañana el periodista Jorge Lanata podría recibir el alta y dejar la Fundación Favaloro. El último parte médico difundido el miércoles consignaba que los receptores presentaban una evolución “satisfactoria tanto en el plano de la recuperación de la función renal como en los aspectos relacionados con la cirugía”. ¿Cuáles son los cuidados que deberá tener Lanata tras la cirugía? ¿Cómo es vivir con un órgano trasplantado? “El trasplante mejora la calidad de vida de los pacientes. Pueden llevar una vida prácticamente normal. Deben tomar drogas inmunosupresoras de por vida, porque impiden que el órgano trasplantado sea rechazado”, explicó Nora Imperiali, secretaria de la Sociedad Argentina de Trasplante. “El paciente trasplantado debe ser obsesivo en tres cosas: la medicación (tiene que tomarla en tiempo y forma), la consulta médica en cuanto tiene algún síntoma o fiebre y, por último, los controles programados, que deben cumplirse estrictamente”, agregó. El riesgo mayor son las infecciones, ya que el paciente está inmunosuprimido.