Por ahora, la única manera de evitar el avance del virus del dengue es eliminar al mosquito que lo transmite. Claro que como medida preventiva deja bastante que desear, sobre todo si se tiene en cuenta que el Aedes aegypti –el insecto en cuestión– tiene hábitos domiciliarios y se reproduce en los recipientes que contienen agua medianamente limpia como macetas y floreros. Y aunque ayudan, ni las más potentes fumigaciones logran conseguir la ambiciosa meta de “mosquito cero”.
Es en este contexto que los especialistas sueñan con una vacuna que sea capaz de proteger contra la enfermedad que este año ya causó estragos en Paraguay y está avanzando sobre la Argentina. Y en eso están distintos laboratorios alrededor del mundo, aunque la tarea no es sencilla.
“ El virus del dengue pertenece a la misma familia que el de la fiebre amarilla. Pero mientras que para esta última tenemos una vacuna muy eficiente, para el dengue todavía no hay ninguna. Uno se puede preguntar por qué. Y la respuesta es que el tipo de enfermedad que produce uno y otro es distinto”, explicó Andrea Gamarnik, directora del Laboratorio de Virología Molecular del Insituto Leloir. Y agregó: “ En el caso del dengue, se necesita una vacuna que sí o sí tiene que proteger contra los cuatro tipos del virus existentes. Si no, se puede correr el riesgo de causar dengue hemorrágico”.
Reconocida. El año pasado, el nombre de Gamarnik dio la vuelta al mundo. Es que con su equipo del Instituto Leloir publicó un artículo que fue tapa de la prestigiosa revista Genes & Development. Allí, los investigadores explicaron cuáles son los mecanismos moleculares que utiliza el virus del dengue para replicar su material genético dentro de una célula infectada y, así, permitir que el virus se propague. Algo que hasta entonces se desconocía.
“ Saber estos detalles moleculares nos permitirá diseñar compuestos antivirales que interfieran con esos procesos esenciales para la replicación viral”, señaló Gamarnik a PERFIL.
Con todo, la especialista destacó que, al tratarse de una enfermedad aguda, es difícil pensar en un tratamiento antiviral efectivo. “ A diferencia de lo que ocurre con los afectados por el virus del sida o de la hepatitis, que pueden vivir años tomando los medicamentos, en el caso del dengue la persona o se muere o se cura. Mi opinión personal es que un antiviral a lo sumo puede servir como profiláctico, para distribuir en el momento en el que se identifica una zona afactada”.
Por eso, Gamarnik considera que la mejor opción es la vacuna. Y es optimista, a pesar de que reconoce que los países desarrollados no tienen un interés económico en investigarla porque a ellos el tema no les toca de manera directa. El dengue es una enfermedad que mata a los más pobres.
“ Creo que en un tiempo relativamente razonable, en unos 5 o 10 años, se va a encontrar una vacuna contra el dengue. Y en un tema de investigación básica eso es poco tiempo”, pronosticó la experta que, sin embargo, dudó de la posibilidad de que la vacuna pueda llegar al mercado en dos años, como asegura un experto brasileño.
“ Estamos en plena etapa de investigación. Todavía no existe ni el conocimiento ni poseemos las herramientas necesarias para hacer la vacuna”, dijo. Y abundó: “ Creo que todo depende de cuánto dinero se invierta y no me parece que los gobiernos europeos o de los Estados Unidos estén interesados en financiar estos proyectos. Basta comparar la cantidad de información que se publica sobre dengue y la que se publica sobre el virus de la hepatitis C, por ejemplo”.
En la mira. Cada año, se registran en el mundo más de 50 millones de casos de dengue, y mueren más de 20 mil personas por la enfermedad.
Sin embargo, a pesar de su mala fama, los especialistas insisten en que si se atiende a tiempo no tiene por qué matar a sus víctimas (ni siquiera en su versión más letal). Y en este sentido, resaltan la importancia de no automedicarse y consultar ante los primeros síntomas, entre ellos, fiebre alta, dolor de cabeza y de huesos, náuseas y vómitos.
