Las organizaciones ecologistas de Argentina consideraron un avance el acuerdo en París, aunque no un éxito rotundo. “El acuerdo está mejor de lo que veíamos viendo en las negociaciones, pero no es perfecto, no es un acuerdo que vaya a salvar al planeta. Sí marca muchos caminos y deja la puerta abierta para seguir trabajando y mejorando”, le dijo a PERFIL desde Francia Enrique Maurtua Konstantinidis, coordinador del Proyecto Agendas Climáticas Nacionales de la FARN. Entre los aspectos positivos, el especialista remarcó el nuevo imperativo de limitar el aumento de la temperatura del planeta muy por debajo de 2º C con el propósito de llegar a 1,5º C.
Para Manuel Jaramillo, director de Conservación de Vida Silvestre Argentina, una de las principales noticias es que finalmente el acuerdo es vinculante. “Es la primera vez después de tanto tiempo que 195 países llegan a un acuerdo, que no será el mejor, pero que por lo menos establece un compromiso a largo plazo flexible, robusto y que asegura que van a trabajar en conjunto para que la temperatura se mantenga por debajo de los 2º C”.
Entre los puntos más polémicos del acuerdo, los expertos apuntan al financiemiento. El texto firmado dice que los países en desarrollo recibirán 100 mil millones de dólares “como mínimo” a partir de 2020, una cifra que sería revisada “a más tardar” en 2025. “Pero no explica con detalle cómo se llega a eso y cómo se mantiene. El otro tema ‘flojo’ es la vulnerabilidad, ya que no se acordó que haya un proceso de compensación para los países que tengan pérdidas grandes por causas del cambio climático”, explicó Konstantinidis. “Los líderes mundiales pueden sentirse orgullosos, pero ahora es necesario refrendar este acuerdo con acciones”, concluyó.