Chicago, EE.UU. - El mundo puede que se sienta cada vez más como una aldea global, pero sus habitantes son progresivamente más diversos genéticamente, gracias al paso acelerado de la evolución humana, aseveró un estudio divulgado en Estados Unidos.
Los especialistas en genética afirman que la enorme explosión demográfica de los últimos 40.000 años, desde que el Homo Sapiens emigró de Africa hacia los otros continentes, ha provocado un ritmo más veloz en la evolución, en comparación con los previos seis millones de años.
La velocidad del cambio se incrementó 100 veces en los tiempos modernos en comparación con el pasado distante, sobre todo desde la Era del Hielo, hace 10.000 años, y ha llevado a una diversificación creciente entre razas. "Somos más diferentes genéticamente de la gente que vivía hace 5.000 años de lo que ellos eran en comparación con los Neandertales", explicó John Hawks, antropólogo de la Universidad de Wisconsin-Madison que colaboró en el estudio.
El descubrimiento se basa en análisis de información de un proyecto del genoma internacional. Un equipo de científicos examinó el ADN de 270 individuos de cuatro poblaciones étnicamente diferentes para ver cómo las variaciones genéticas o los polimorfismos nucleóticos simples evolucionaron en el tiempo.
Al contrario de la creencia tradicional, que considera que la evolución humana se desaceleró o incluso se detuvo en los actuales humanos, el análisis de los investigadores sugiere que el proceso de selección natural se ha vuelto más veloz. "El vertiginoso crecimiento poblacional se ha producido en paralelo con grandes cambios en la cultura y la ecología, creando nuevas oportunidades para la adaptación", señalaron los autores en la investigación que apareció en Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias estadounidense.
"Los últimos 10.000 años han sido testigos de una veloz evolución dental y del esqueleto en los humanos, así como de la aparición de variadas respuestas genéticas a dietas y enfermedades", indicaron.
Un ejemplo de adaptación genética a la cultura involucra al gen que produce la enzima lactosa para digerir la leche. El gen normalmente detiene su actividad cuando la persona alcanza la adolescencia, pero los habitantes de Europa del Norte desarrollaron una variación del gen que les permite digerir la leche toda su vida, lo que significa una adaptación relativamente reciente producto del uso de la leche.
Fuente: AFP