“Cuando era chica escribía cartas a la NASA y me mandaban fotos de su Jet Propulsion Laboratory (JPL). Estar ahora en este lugar trabajando es increíble, un sueño cumplido”, cuenta desde Pasadena, California, la astrónoma argentina Yamila Miguel, quien participa en la misión Juno, la sonda que esta semana logró entrar en la órbita de Júpiter tras viajar cinco años. Un hito en la exploración espacial.
Yamila nació en la ciudad de Buenos Aires en 1981, pero creció en Banfield. Se recibió de licenciada en astronomía en la Universidad Nacional de La Plata, donde también hizo su doctorado. Desde 2011 hasta 2014 fue becaria postdoctoral en el Instituto Max Planck de Astronomía, en Alemania. Actualmente trabaja en el Observatorio de la Costa Azul (Francia), junto al doctor Tristan Guillot, uno de los investigadores principales de la misión Juno de la NASA. Fue él quien la recomendó para que formara parte del grupo de investigadores que intentarán develar la estructura interna del planeta más grande del Sistema Solar.
“Voy a utilizar los datos que aporta Juno para hacer modelos teóricos del interior de Júpiter. Específicamente lo que voy a investigar es si Jupiter tiene o no núcleo, conocer la cantidad de elementos, de hidrógeno y de helio, que tiene en la atmósfera y en su interior”, le explicó a PERFIL esta joven astrónoma que desde chica quiso ser científica.
De los nueve instrumentos que lleva la sonda, dos son de especial interés para su trabajo: el Gravity Science, una especie de emisor de radio y el radiómetro de microondas. “El primero nos permitirá saber algo más del campo gravitatorio y eso nos ayudará a hacer modelos del interior y el segundo nos va a dar datos de abundancia de agua y amoníaco en la atmosfera”, sostuvo Yamila Miguel.
Según lo informado por la NASA, la JunoCam comenzará hoy a tomar imágenes de Júpiter que se compartirán con el público pero habrá que esperar hasta septiembre para tener los primeros datos. “Tenemos que esperar varias pasadas, varias órbitas de la misión, para tener datos más confiables. Creemos que la información con la que vamos a trabajar estará disponible a partir de noviembre, dependiendo de los instrumentos.
—¿Por qué es tan importante explorar Júpiter y conocer su interior?
—Júpiter fue uno de los primeros planetas en formarse en nuestro Sistema Solar. Tiene en el interior información muy importante de los primeros momentos, de toda la química y física, de esa nube a partir de la cual nació el Sistema Solar. Lo importante es que esa información se mantuvo. Jupiter es un planeta de gas. No es como la Tierra que tuvo procesos geológicos que afectaron todos estos materiales sino que permanecen. Si comprendemos su interior vamos a comprender un poco mas acerca de la formación del Sistema Solar. Además, Júpiter es el planeta más grande y por eso tuvo mucha influencia en los planetas más chicos, en los asteroides y en los cometas. Determinó las órbitas de estos objetos. Algunos de ellos, debido a la influencia de Júpiter, cayeron a la Tierra. Se cree que el agua que tenemos en la Tierra hoy en día es debido a esto. Si entendemos mejor a Júpiter, vamos a comprender mejor la historia de la Tierra.
—¿Cómo viviste la llegada de ‘Juno’ a Júpiter?
—Fue emocionante. Era la primera vez que yo entraba en el JPL. A los equipos cientificos nos llevaron a un salón y estuvimos todos juntos atentos a la pantalla gigante que mostraba la sala de controles. Hubo mucha tensión para ver cómo salían las maniobras porque realmente es una misión muy difícil, no sólo por el tipo de órbita sino porque va a pasar muy cerquita de Júpiter. Siempre el espacio tiene riesgo. Pero en el caso de Júpiter, tiene unos anillos que son de partículas muy chiquitas y que en realidad no se sabe muy bien su extensión. Existía el riesgo de saber si había alguna partícula de polvo que podría llegar a molestar. Al final todo salió bien y hubo festejos, gritos, aplausos. Como era 4 de julio (Día de la Independencia) hubo fuegos artificiales. Fue un día muy especial.
Riesgos de la radiación
Juno es la primera sonda diseñada para operar en el corazón de los cinturones de radiación de Júpiter, la primera en llegar a 2.575 kilómetros de sus nubes superiores y la que tomará cada 14 días las imágenes con mayor resolución vistas nunca del planeta gigante. Durante los próximos veinte meses, la nave no tripulada y del tamaño de una cancha de básquet, dará 37 vueltas a la órbita de Júpiter en las que intentará develar los principales misterios del mayor planeta de nuestro Sistema Solar. El campo magnético de Júpiter es casi 20 mil veces más potente que el de la Tierra, y el planeta está rodeado por un cinturón de radiación intensa. Esta radiación equivale a cien millones de Rayos X en el transcurso de un año, de acuerdo con Heidi Becker, ingeniera especializada en efectos de la radiación del JPL de la NASA. Los equipos electrónicos que lleva Juno se encuentran en el interior de una bóveda de titanio para protegerlos contra esta radiación.