El ejercicio es clave para el desarrollo físico y motor de los chicos, y para mantener un peso saludable. Además, tiene un impacto psicológico positivo al reducir la ansiedad y el estrés, y ayuda a integrar a los jóvenes con sus pares. Sin embargo, en la actualidad, con una oferta tecnológica creciente, el único ejercicio que algunos chicos en edad escolar realizan es con sus dedos, sobre un sofá, frente a pantallas de videojuegos o smartphones, lo que aumenta el riesgo de sobrepeso y obesidad.
El 45,4% de los niños y adolescentes que viven en centros urbanos de la Argentina registra niveles insuficientes de actividad física. Esto significa que realizan menos de los sesenta minutos diarios de actividad física de intensidad moderada y vigorosa recomendados por la Organización Mundial de la Salud, que incluyen juegos al aire libre, clases de educación física y prácticas de deportes fuera del horario escolar, en clubes o gimnasios.
El dato se desprende del estudio “Insuficiente actividad física en la infancia” realizado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA a través del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia, en el que se incluyeron más de 3.400 casos de todo el país. El informe destaca que el déficit de ejercicio es mayor entre las mujeres (11,7 puntos más que los varones), y también a medida que se incrementa la edad (ver infografía).
En el caso de la ciudad de Buenos Aires, seis de cada diez chicos de entre 5 y 17 años no realizan suficiente actividad física y más del 80% no juega en forma activa al aire libre; esto es, no hace actividades como trepar, saltar o jugar a la pelota en plazas, parques y baldíos. “En las ciudades más densamente pobladas se observó una mayor insuficiencia de actividad física en la infancia. Tiene que ver con que hay menos espacios verdes, menos oferta de juego al aire libre y una mayor percepción de la inseguridad ciudadana”, explicó a PERFIL Ianina Tuñón, coordinadora del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia de la UCA.
Riesgo. A la falta de actividad física se suma un comportamiento sedentario. El 61,8% de los chicos registra en promedio más de dos horas diarias de exposición a múltiples pantallas, como la televisión, la computadora y la tablet. “Cerca del 30% registró una conducta de riesgo al reunir insuficiente actividad física y comportamiento sedentario”, sostuvo Tuñón.
Para la experta, se debe concientizar a la población sobre la necesidad de ser más activos, con relativa independencia de las actividades físicas y deportivas. “Los adultos debemos dar el ejemplo, movernos más en nuestra vida cotidiana, usar la escalera en lugar del ascensor o elegir ir caminando del trabajo a casa en vez de usar el auto. Estas pequeñas decisiones son muy importantes en términos de actividad física”.
También hay mucho por hacer en las escuelas. El informe de la UCA reveló que el 48% de los niños y adolescentes tuvo durante 2013 menos de dos clases semanales de educación física, que deben estar garantizadas por las autoridades educativas. Este déficit fue mayor en la primaria y en chicos que asisten a escuelas públicas. “Deberíamos tender a tener más clases de educación física y de mejor la calidad; esto es, que esas clases representen una actividad de moderada a vigorosa para niños”.
En la ciudad de Buenos Aires, donde cuatro de cada diez chicos tienen sobrepeso, se comenzó a implementar un programa de recreos activos y saludables. “Profesores de educación física enseñan juegos recreativos a docentes y alumnos. Son juegos que los obligan a moverse mucho físicamente, pero también a hacerlo en forma segura, como la rayuela. La idea es que se diviertan dejando atrás las pantallas de la tablet o el celular”, explicó Héctor Gatto, responsable de la Dirección General de Desarrollo Saludable del gobierno porteño.
Consejos para una infancia saludable
◆ Incrementar la cantidad y calidad de las clases de educación física en las escuelas. Se deben garantizar 150 minutos por semana de clases en el nivel primario.
◆ Desarrollar mobiliario escolar para que los chicos tomen clases de pie en lugar de sentados.
◆ Promover recreos activos que involucren a los niños en juegos de intensidad moderada.
◆ Avanzar en la construcción de ambientes urbanos facilitadores de la actividad física.
◆ Incrementar los espacios peatonales y la presencia de áreas físicas como parques, canchas y lugares públicos que sean propicios y seguros para hacer ejercicio en forma cotidiana.
◆ Desarrollar propuestas de actividad física no escolar y de acceso gratuito en espacios urbanos desfavorables.