La escena se repite en las películas, tanto en la criticada por los astrónomos como Armageddon o como en la más aceptada, Impacto Profundo; un asteroide pone en peligro la vida en la Tierra. Más allá de la ficción, la posibilidad remota existe y es por eso que esta semana la NASA presentó el programa Gran Desafío para detectar, atrapar y estudiar asteroides que puedan ingresar al planeta. La iniciativa involucra a las agencias federales, la comunidad científica, el sector industrial, las universidades y hasta los astrónomos aficionados.
Según datos del programa NEO de la NASA que monitorea los objetos cercanos a la Tierra, ya se detectaron 9.903 asteroides alrededor de la órbita del planeta pero se estima que hay muchos más. “No se sabe demasiado de los asteroides, son miles y se conocen las órbitas de unos pocos cientos. La NASA ha enviado misiones e inclusive ha descendido en alguno de ellos pero son objetos pequeños que en general están relativamente lejos. Sólo unos pocos tienen órbitas que se cruzan con la de la Tierra y varios de estos aún no se conocen”, señaló la astrónoma Beatriz García, vicedirectora del Instituto de Tecnologías en Detección y Astropartículas.
El subadministrador de la agencia espacial norteamericana, Lori Garver, afirmó que “la NASA está trabajando para encontrar asteroides que podrían ser una amenaza para el planeta y ya ha encontrado el 95% de los grandes asteroides ubicados cerca de la órbita de la Tierra”. La caza de asteroides cobró mayor urgencia desde el 15 de febrero, el día de un pasaje anticipado de uno de estos objetos rocosos muy cerca de la Tierra y la sorpresiva caída de un asteroide en Rusia. Este último, al desintegrarse, provocó una onda expansiva que generó miles de heridos y daños materiales.
Sin embargo, el asteroide ruso de alrededor de 15 metros y 7 mil toneladas es considerado pequeño. “La probabilidad de que ingrese un asteroide como el de Rusia es de una vez cada cien años y de una vez cada un millón de años si tiene un kilómetro o más. Los grandes causan una gran devastación como pudo haber pasado con los dinosaurios”, indicó la astrónoma Romina Di Sisto, docente de Mecánica Celeste en la Universidad Nacional de la Plata e investigadora del Conicet. Según una de las teorías, la causa de la extinción de los dinosaurios fue el meteorito que chocó en la península de Yucatán hace más de 60 millones de años que medía 10 kilómetros de diámetro.
Di Sisto aclaró que si bien el riesgo de algún impacto por ahora es muy bajo, las trayectorias de los asteroides sufren transformaciones en función de los planetas por lo que no se puede predecir con precisión. “Ultimamente se han conocido detecciones de asteroides “potencialmente” peligrosos cuando estos ya estaban tan cerca de la Tierra que de haberse encontrado con el planeta, difícilmente podrían haber sido desviados”, agregó la investigadora Beatriz García.
Ideas. El programa Gran Desafío incluye una misión en la que una sonda capturará un asteroide pequeño con una especie de red y lo llevará hasta la órbita lunar para ser estudiado por astronautas. De todos modos, para las astrónomas consultadas la tecnología disponible aún no puede dar solución ante un posible impacto de un asteroide con la Tierra. “Desviarlo es muy difícil. Se pueden plantar bombas dentro del objeto pero hay que evaluar que los fragmentos también viajan hacia la Tierra como millones de meteoritos”, explicó Di Sisto.
“Hay varias ideas, redirigir es una y pulverizar, otra. Hay gente a favor y en contra. La captura de los asteroides es algo más reciente y de una gran dificultad técnica por las velocidades a las que se mueven estos objetos en el espacio pero a la hora de imaginar cosas, uno puede imaginar lo que desee”, sostuvo García.
El programa que presentó la NASA convocó también a los aficionados a la astronomía a participar y “ayudar para resolver este problema global”. El llamado no causa sorpresa entre los investigadores que se valen de las observaciones de los apasionados por la astronomía.
“En general los cometas tienen nombres de aficionados porque son ellos los que descubren el pequeño cuerpo a partir de la observación permanente de regiones del cielo una y otra vez. Los aficionados modernos tienen cada vez mejores equipos que con seguridad les permitirá detectar cosas que antes no detectaban. Su aporte puede ser importante”, concluyó García.