“El carguero espacial ruso puede caer en cualquier lado, hay una incerteza absoluta”, afirmó el astrónomo Diego García Lambas, director del Observatorio Astronómico de la Universidad Nacional de Córdoba. Es que la agencia espacial rusa, Roscosmos, calcula que la nave puede precipitarse entre el próximo martes y el jueves entre los 54° de latitud Norte y los 54° de latitud Sur, una zona muy amplia del planeta.
“En cuestión de minutos el objeto pasa de una punta de América a la otra, por ejemplo. Hay mucha incertidumbre por la velocidad con la que se mueve transversal a la Tierra. No viene en una órbita directa si no llegaría rapidísimo”, agregó García Lambas. Para el investigador de la Universidad Nacional de Córdoba, con la cercanía de los días estimados se podrá ajustar mejor el cálculo sobre el lugar donde caerá la nave, en el que influyen también el estado atmosférico y el viento solar.
Los rusos lanzaron el módulo de carga Progress M-27M, de más de siete toneladas, el martes pasado para abastecer de combustible, agua, oxígeno y otros víveres y equipamiento a la Estación Espacial Internacional. Sin embargo, por inconvenientes en los sistemas de propulsión, tal como informó Roscomos, no pudo cumplir con su misión. Tras varios intentos de comunicación fallidos, los rusos dieron por perdida la misión. El carguero está fuera de control girando sobre sí mismo en una órbita inestable y en descenso. Para Roscomos las zonas de reingreso posible son todos los océanos y continentes.
“Son naves que dan 16 vueltas a la Tierra por día”, señaló Diego Bagú, director de Gestión del Planetario Ciudad de La Plata. Así pasa por todos los continentes y muchos países, incluida la Argentina. “Cuando el carguero toque las capas más densas de la atmósfera –explicó– la fricción lo hará frenar y empezará a caer más precipitadamente”.
Desintegración. Es en esas capas más densas donde los científicos creen que empezará a incinerarse. “Se dará el mismo fenómeno físico que ocurre con las estrellas fugaces e incluso con pequeñas partes de chatarra espacial, aunque esta chatarra es bastante considerable”, aseveró Bagú. “Las capas más densas de la atmósfera que producen el frenado y la incineración están a unos 70-80 kilómetros de altura de la superficie de la Tierra. Allí el proceso se desencadenará muy rápido, la caída será en cuestión de minutos”, detalló el astrónomo.
Para los científicos consultados no hay peligro, ya que a la Tierra sólo pueden ingresar restos pequeños del carguero espacial. “Tanto temor, tanta alerta mundial es infundada”, minimizó García Lambas.
En el mismo sentido, Bagú destacó que “el 70% de la Tierra está cubierto de agua, en el 30% continental las ciudades son pequeños puntos. Habría que tener mucha mala suerte –aunque puede ocurrir– para que caiga en una localidad poblada”. Mientras, se puede seguir vía internet el desplazamiento de la nave (www.satflare.com), e incluso ya hay sitios para hacer apuestas sobre el lugar donde caerá.
Por su parte, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales de Argentina (Conae) le dijo a PERFIL que “se está prestando especial atención al seguimiento del desarrollo de este evento y se mantiene informados sobre el mismo a los entes nacionales correspondientes”.
En tanto, la agencia espacial rusa informó que convocó a un grupo de trabajo para investigar los motivos de la falla del carguero y que para asegurar la provisión de la Estación Espacial Internacional está previsto lanzar el módulo Progress-M-28M en el tercer trimestre de 2015.