La ansiedad por ver la carita del bebé puede más que las recomendaciones médicas, y por eso cada vez más las futuras mamás se hacen ecografías de cuatro dimensiones o 4D. Incluso sin tener la prescripción del obstetra. A la par, la oferta de empresas privadas que ofrecen paquetes para “espiar” al feto también crece: incluyen videos, DVD, fotos y hasta llaveros con la imagen del hijo que vendrá. Sin embargo, no hay evidencias científicas que justifiquen el uso general de esta sofisticada tecnología. Ni beneficios médicos puntuales.
Tentación. “ La ecografía en 4D se utiliza en las embarazadas para ver al bebé en tiempo real. Es una especie de video, y sólo sirve para verlo de manera externa: sus manos, su cara, el tórax, los pies”, describió José Vicente Montaña, responsable del área de ecografías de la Fundación Científica Sur. Y explicó que a diferencia de la 4D, la tridimensional (o 3D) “ permite ver diferentes cortes de planos, e incluye el volumen del feto; se puede utilizar para el diagnóstico de ciertas patologías”.
De todos modos, los expertos coinciden en que ninguna de estas ecografías de “avanzada” supera al estudio convencional. Según un informe realizado por investigadores del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS), no hay evidencias de que la 3D y la 4D son mejores que la tradicional ecografía de dos dimensiones o 2D. Sobre todo, en el diagnóstico y pronóstico perinatal. “ Aunque es una tecnología prometedora, en la actualidad implica un costo extra y no ofrece un beneficio extra”, destacó Demián Glujovsky, uno de los autores del trabajo.
Balance. En países como Francia, Inglaterra y los Estados Unidos, el uso “social” de las imágenes 4D de los bebés provoca críticas por parte de las autoridades de salud. “ Aunque no hay evidencia de que existan efectos físicos que puedan dañar al feto, los expertos de salud pública, de la medicina clínica y de la industria están de acuerdo en que la exposición casual al ultrasonido, especialmente durante el embarazo, debe ser evitada”, citó a la FDA Geoff Watts, autor de un reciente artículo sobre el tema en el British Medical Journal.
En Buenos Aires, una ecografía 4D cuesta entre $ 150 y $ 250. Pero los sistemas de salud no suelen cubrirlas.
Horacio Aiello, del Servicio de Obstetricia del Hospital Italiano, explicó que lo distintivo en este tipo de estudio es la utilización de software. “ Genera la imagen a través del ultrasonido al igual que la 2D, y no se ha demostrado que sea perjudicial para el feto. De todas maneras, hoy sólo la 2D forma parte de los estudios de rutina”, dijo. Aiello agregó: “ De todos modos, la tecnología avanza más rápido que la ciencia. Habrá que esperar para ver si se demuestra que el ultrasonido 4D supera o complementa a la ecografía convencional”.
Para los obstetras, la ecografía de “ cuarta dimensión” hoy sólo tiene un uso social. “ En 35 años de profesión, nunca he pedido ninguna. Si fuera tan buena, ya formaría parte del control de rutina del embarazo”, observó el obstetra y ginecólogo Edgardo Raffo. Sin embargo, muchos padres sucumben ante la tentación de ver la carita bien definida de su futuro bebé.