CIENCIA
feria de videojuegos E3

Llega una nueva generación de consolas

Sony, Microsoft y Nintendo presentaron en Los Angeles sus flamantes modelos: PS4, Xbox One y Wii U que rivalizan en los juegos de segunda mano y la conexión a la web.

En guerra. La Xbox One, la PS4 de Sony y la Wii U de Nintendo, en la mayor feria de videojuegos del mundo. Las nuevas consolas aspiran a lograr un récord de ventas.
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Sólo por unos días, Los Angeles, la ciudad donde los sueños se hacen realidad a través de las películas de Hollywood, pasó a ser el epicentro de los fanáticos de los videojuegos, ya que allí se llevó a cabo la Electronic Entertainment Expo (E3), la mayor feria de juegos del planeta.

Sin lugar a dudas, las estrellas de la E3 2013 fueron las flamantes consolas PlayStation 4 (PS4) de Sony y la Xbox One de Microsoft que saldrán a la venta a fin de año en EE.UU. Es cierto que también participó Nintendo, pero a las insuficientes ventas de la Wii U y el hecho de que los otros dos titanes coparan la escena con el lanzamiento de sus nuevos modelos, hicieron que pasara inadvertida.

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Ni bien se conoció la nueva PS4 (de la que sólo se había mostrado el joystick a principios de año), surgió la inevitable comparación con la Xbox One. Si bien tienen similitudes en cuanto a las prestaciones a nivel hardware –ambas son potentes máquinas de entretenimiento–, no hay novedades revolucionarias, aunque sí diferencias bastante puntuales. La primera es el precio: mientras PS4 costará US$ 399, la consola de Microsoft saldrá US$ 499.

Además, Xbox One exige una conexión permanente a su servicio en la nube. Es que los juegos, una vez comprados, sólo se pueden utilizar conectándose diariamente al sitio Xbox Live. En cambio, Sony lo exige sólo para los modos online de los juegos. El otro punto de discusión es la decisión de Microsoft de no permitir los “préstamos” de los juegos, ya que sólo se puede jugar conectado desde la propia cuenta.

Pero no todo fue Sony versus Microsoft en la E3. Las consolas “independientes” que buscan crecer a la sombra de los gigantes trataron de ganarse su espacio. Nombres como Gamestick, Ouya, Mojo o Shield, entre otros, reclamaron una oportunidad apostando en su mayoría por Android o, en el caso de la Shield de Nvidia, de forma portátil.

Inmersión. No caben dudas de que Los Angeles sigue siendo la mejor opción para celebrar la feria. No sólo por la posibilidad de ver alguna figura rutilante de Hollywood deambulando por Sunset Strip, sino porque la separación entre películas y videojuegos es cada vez más ínfima. Como nunca antes y gracias a la gran mejora en los gráficos, los personajes de los espectaculares juegos lanzados en la E3 (como Halo, The Order 1886, Ryse: Son of Rome, Titan Fall, Destiny, Watch Dogs, entre otros) parecen actores, por sus gestos, sus sombras y por cómo se mueven.

Y cada vez más se desdibujan los límites entre juego y película, porque la experiencia inmersiva llegó al punto de simular de modo hiperrealista al jugador como protagonista de la acción, en vez de simplemente ser el titiritero de un personaje virtual. La industria de los videojuegos decididamente compite en condiciones cada vez más parejas con la del cine. En EE.UU. tuvo un ingreso de US$ 20.700 millones en 2012, contra los US$ 10 mil millones que obtuvieron los grandes estudios de Hollywood.

También la relación de los deportes con la tecnología está más fuerte que nunca. Los fanáticos tienen cada vez más opciones, con una experiencia de juego más sofisticada. Las tribunas y los simpatizantes se incorporan más al juego. En las últimas ediciones del FIFA como el PES, es posible ver cómo los hinchas desde las tribunas reaccionan ante circunstancias del juego. Brasil, sede del próximo Mundial, se convirtió en la apuesta fuerte de las marcas y también de varios de los títulos que se vienen.