Ante enfermedades menores, para los médicos es mejor paciente en mano que cientos de tests volando. Eso, al menos, es lo que se deduce de un estudio francés que demostró que los pacientes son más proclives a tomar la medicación y a juzgar mejor a su médico cuando éste les habla, los toma del brazo y es más comprensivo con la persona en su totalidad.
Los especialistas argentinos consultados reivindicaron este tipo de acercamiento interpersonal y criticaron el modo en que la tecnología a disposición de la ciencia médica hace muchas veces olvidar al enfermo en pos de la enfermedad. Otro estudio, realizado en Chicago, indicó que los médicos desdeñan información personal que puede ser clave en el desencadenamiento de la enfermedad.
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