CIENCIA
HISTÓRICO

Nació el primer bebé gestado tras un trasplante de útero de un cadáver

El trasplante "post mortem" puede abrir nuevas posibilidades, ya que en muchos países ya existe una regulación sobre este tipo de donaciones.

transplante utero post mortem
El bebé, de 2,555 kilos, nació por cesárea a 36 semanas de gestación, el 15 de diciembre de 2017, en estado ligeramente prematuro pero en perfecto estado de salud. | Cedoc

El primer bebé del mundo concebido por una mujer estéril gracias a un transplante de útero de una donante fallecida nació en Brasil hace un año, reveló la revista científica "The Lancet". Siete meses después del nacimiento, el bebé (una niña), se encontraba bien, pesaba 7,2 kilos y seguía siendo amamantada por su madre, igualmente en buen estado de salud, según el Hospital Universitario de Sao Paulo, que realizó el trasplante en 2016.

Se trata de la primera vez, después de una decena de tentativas fracasadas en Estados Unidos, República Checa y Turquía, que un trasplante de útero a partir de una donante fallecida permite llevar a cabo un nacimiento. Hasta ahora, "el único embarazo acontecido después de un trasplante de útero retirado post mortem fue en 2011 en Turquía" y resultó en un aborto espontáneo, según el doctor Srdjan Saso, del departamento obstétrico del Imperial College de Londres.

Desde la primera donación de un útero a partir de una mujer con vida, en 2013 en Suecia, se llevaron a cabo 39 trasplantes, de los cuales 11 permitieron dar a luz a la paciente. "El recurso a donantes fallecidos podría ampliar considerablemente el acceso a este tratamiento" por parte de las "mujeres que sufren una esterilidad de origen uterino", declaró el doctor Dani Ejzenberg, que dirigió la experiencia en el Hospital Universitario de Sao Paulo, citado por The Lancet.

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Los trasplantes de órganos crecieron casi un 12% en el último año.

Esta exitosa experiencia presenta "varias ventajas respecto a un útero de una donante viva: el número potencial de donantes es mayor, es más barato y evita los riesgos para la donante viva". Para el profesor Andrew Shennan, obstetra del Kings College de Londres, la operación "abre la vía a la donación post mortem, como es el caso para otros órganos", lo que "permitiría a las mujeres que no pueden concebir un bebé debido a un útero defectuoso llevar a cabo un embarazo" sin "depender de donantes vivas" ni "recurrir a la adopción o a una madre de alquiler".

DIEZ HORAS DE OPERACIÓN

La operación se realizó en septiembre de 2016. La madre que recibió el útero tenía 32 años y nació sin este órgano (síndrome de Mayer-Rokitansky-Küster-Hauser) y antes del trasplante, se sometió a una fecundación in vitro. El órgano procedía de una mujer de 45 años fallecida de un derrame cerebral y donante de varios órganos (corazón, hígado, riñones), de factor Rh 0 positivo.

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La operación duró un total de 10 horas y media y fue seguida de un tratamiento inmunosupresor para evitar el rechazo del órgano por parte del organismo de la paciente. Siete después, con la transferencia del embrión, se inició el embarazo, que se desarrolló sin dificultades. El bebé, de 2,555 kilos, nació por cesárea a 36 semanas de gestación, el 15 de diciembre de 2017, en estado ligeramente prematuro pero en perfecto estado de salud. El útero fue retirado durante la cesárea para poder cesar el tratamiento inmunosupresor, muy duro para la paciente, y tanto ella como el bebé fueron dados de alta tres días más tarde.