Los pacientes llegan al consultorio del terapeuta, se colocan los cascos con realidad aumentada y se enfrentan con aquello que más temen. De a poco, ese miedo irracional a las arañas se disipa, los espacios cerrados ya no le producen claustrofobia y subirse a un avión deja de ser una pesadilla.
Hoy, los dispositivos de realidad virtual comienzan a utilizarse para superar fobias o trastornos de ansiedad. Y cada vez son más los especialistas que los emplean como una herramienta complementaria a las terapias tradicionales.
“La fobia es un miedo irracional y desmedido que experimenta una persona ante determinados objetos o situaciones. Los detonantes pueden ser diversos: miedo a los animales, a las alturas, a hablar en público, a las agujas o hasta para tomarse un avión”, cuenta el doctor Claudio Pla, psiquiatra especializado en el tratamiento de fobias y trastornos de la ansiedad, quien este año comenzó a utilizar el casco de realidad virtual Psious con algunos de sus pacientes.
En las terapias tradicionales de psicología cognitiva-conductual, los pacientes enfrentan la situación temida a través de la exposición real al estímulo que causa la fobia o –directamente– usando la imaginación. “Mientras que con la realidad virtual, se recrean escenarios a través de un software que genera gráficos, video y sonido para que la persona experimente el simulacro de la situación como si fuera real”, detalló el experto.
El dispositivo de realidad virtual Psious –sistema basado en el uso del casco y un smartphone, comandados desde una computadora– tiene diversos escenarios tridimensionales diseñados con secuencias pensadas para recrear cada fobia. Desde ascensores para vencer el temor a los espacios cerrados hasta gráficos con grandes ciudades para aquellos que sufren agorafobia (angustia a los espacios abiertos); videos que simulan una donación de sangre para superar la hemofobia (el miedo a la sangre o las heridas); simulacros para perder el temor a conducir o a hablar en público, y hasta recreaciones de un aeropuerto, y del despegue y aterrizaje de un avión, ideadas para los que temen a volar.
“Es una forma de acercarse jugando al objeto temido y se complementa con ejercicios de afrontamiento y de información adicional del terapeuta”, agregó el especialista.
Paso a paso. Fernando Tarnogol, psicólogo egresado de la UBA y especializado en terapias cognitivas, fundó PsyTech, empresa que está por lanzar la plataforma de software Phobos, que utilizará los cascos de realidad virtual Oculus Rift.
El software tendrá diferentes escenarios para superar las fobias a animales como arañas, ratas y cucarachas; el miedo a las alturas, la claustrofobia, la agorafobia y a los aviones.
“Realizaremos una aproximación gradual al momento temido y se preparará al paciente para afrontar la situación real con los recursos cognitivos y emocionales que aprendió en terapia”, explicó Tarnogol a PERFIL. “La versión preliminar estará disponible en abril, mientras que su lanzamiento oficial llegará con el nuevo Oculus Rift”.
El equipo de PsyTech está trabajando en conjunto con una universidad para crear el primer laboratorio de realidad virtual. “La idea es que esta herramienta se transforme en una especie de andamio donde se apoyen estas terapias. El laboratorio va a estar destinado a uso profesional y de investigación, y será una forma de generar nuevos conocimientos y entrenar a futuras generaciones de profesionales”, detalló.
Con la reedición de los cascos y la diversidad de formatos, este año será un boom para las herramientas de realidad virtual. Para Pla, “son opciones que tienen un gran potencial. No sólo porque bajan las barreras de entrada al tratamiento terapéutico, sino que les generan mayor confianza a los pacientes. De hecho, los jóvenes tienen mayor interés en comenzar terapia”.“ Además permite ensayar y dramatizar diferentes escenarios para afrontar las fobias de una manera didáctica”, concluyó.
A paso lento pero firme las herramientas psicológicas virtuales llegaron a la Argentina para quedarse.
Miedo a volar
“Nunca me pude subir a un avión, es mi limitación más grande”, expresa Tomás A., (23) antes de colocarse el casco de RV y comenzar su terapia. Tomás nunca voló y la idea lo aterra. Después de decir que no a viajes familiares y de trabajo, este año decidió hacer algo para superarlo. “Me daba cuenta de las posibilidades que estaba descartando por no animarme y pensé que era un tema de cabeza. Ahora estoy entusiasmado con esta opción; no había visto un avión por dentro y los gráficos te muestran en detalle hasta el comportamiento de los pasajeros”, cuenta mientras en la pantalla le aparecen imágenes del aeropuerto en 3D y suena la voz del llamado a embarque. Según Víctor Genuth, rector de la Escuela de Vuelo Virtual, “en los últimos años la demanda de consultas por fobia a los aviones aumentó 30%”. Y por eso la escuela ofrece actividades y cursos gratuitos para que los “futuros” pasajeros puedan animarse a volar.