La reconstrucción digital del Argentinosaurus permitió a científicos argentinos y británicos descubrir cómo caminaba este animal hace más de 94 millones de años. “Por el volumen de la especie estimábamos que era un dinosaurio de paso lento. Este software ofrece una resolución basada en datos y algoritmos matemáticos. Es ciencia pura que da una base comprobable y una representación de cómo caminaban los dinosaurios”, definió así la importancia del programa computacional Gaitsym el paleontólogo argentino Rodolfo Coria.
El software es una creación del biólogo y biomecánico Bill Sellers, líder de este proyecto en la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Manchester. El equipo fue al Museo Carmen Funes, en Plaza Huincul, Neuquén, en donde está la reconstrucción tridimensional del Argentinosaurus para escanear sus 38 metros de largo por 12 de alto. “Por el tamaño, el escaneo se hizo en partes y de noche para tener mayor efecto de rebote de la luz del escáner”, contó Coria, investigador del Conicet, quien por sus estudios en este dinosaurio participó de la investigación para aportar sus conocimientos sobre la biología de la especie.
Además del escaneo, el programa se alimenta de datos como la masa y el volumen del cuerpo, la gravedad, el rozamiento del aire, distintos ángulos de extensión y flexión de los pies para poder dar una imagen del movimiento de un dinosaurio de 80 toneladas. Según estos cálculos, en condiciones normales la velocidad del Argentinosaurus era de dos metros por segundo o siete kilómetros por hora. “El equivalente a un paso rápido de una persona”, comparó.
El paleontólogo destacó que aunque ya en el cine mudo había simulaciones de dinosaurios caminando, el programa se alimenta de datos y no de la imaginación de un artista. Además, el estudio proporciona la primera pista “virtual” del movimiento de los dinosaurios y refuta las sugerencias anteriores de que este animal con un tamaño tan excesivo no podría haber caminado por la actual Patagonia. “Para descubrir cómo caminaban los dinosaurios, la mejor aproximación es una simulación por computadora. Es la única forma de unir las diferentes partes de la información sobre el dinosaurio para reconstruir cómo se trasladó”, explicó Sellers, cuya investigación se publicó en la revista científica Plos One.
El estudio le dio al paleontólogo argentino una satisfacción extra al demostrar que la reconstrucción tridimensional que hicieron años atrás en base a 12 huesos originales –cuando el esqueleto completo de un dinosaurio es de alrededor de 500- es bastante precisa. “El programa también detecta fallas y determinó que la reconstrucción estaba dentro de los márgenes de error aceptables”, afirmó Coria.