En 2010, sólo el 20% de los jefes de Estado del mundo utilizaba la red de micromensajes como medio digital para comunicarse de manera directa con los ciudadanos, de acuerdo con el informe "World Leaders on Twitter" del Digital Policy Council. Hoy, el mismo informe señala que ocho de cada diez presidentes ya tienen su perfil en la red social. Pero que lo tengan no significa que hagan un buen uso de él. De hecho, salvo el caso de Barack Obama que acumula más de 40 millones de seguidores y que utilizó su cuenta durante dos elecciones presidenciales con atino y mucha estrategia, son muy escasos los políticos que han demostrado un entendimiento completo de la herramienta.
Bajo el nombre "Políticos Iberoamericanos en Twitter: reprobados", Gaby Castellanos, una venezolana radicada en España especialista en estrategias en medios sociales, CEO de la agencia Socialphilia, evaluó cómo manejan sus perfiles de Twitter muchos de los presidentes iberoamericanos. De las conclusiones del informe se desprende que, en promedio, sólo el 20% de los seguidores de los presidentes son activos y reales, mientras que el otro 80% corresponde a cuentas falsas o a usuarios inactivos.
Para analizar los perfiles, Castellanos aplicó distintas herramientas digitales y también una lectura crítica de los contenidos que allí se vuelcan. "Demuestran que no les importa que sean cuentas bien gestionadas, sólo el tamaño de seguidores que ostentan. Hablan solos, no conversan, no contestan. La mayoría sólo sigue a sus equipos de trabajo o a otros presidentes y rara vez entablan conversaciones con quienes los mencionan", criticó la especialista, de visita en Buenos Aires.
Herramienta. Por ejemplo, la cuenta de Cristina Fernández (@CFKArgentina) tiene más de 2,5 millones de seguidores. "El 30% son cuentas falsas, creadas para mostrar cantidad, pero no existen, y el 48% son cuentas inactivas; es decir, que son de usuarios reales pero que no presentan ningún tipo de actividad. Sólo el 22% correspondería a usuarios reales y activos de la red social", describió Castellanos.
Según el estudio, que compara la situación de este mes con agosto de 2013, se percibe una disminución en followers falsos de 10%, sus seguidores inactivos aumentaron 15% y los reales bajaron 5%. "Tiene ahora más o menos unos 300 mil seguidores más, bajaron casi a la mitad sus tuits, pero la media de retuits sigue muy similar, al igual que el cero por ciento en conversación", sostuvo.
El resto de los mandatarios latinos es muy similar al caso argentino. La excepción es el presidente de Ecuador, Rafael Correa, quien conversa con más del 70% de la gente que le escribe en la red. "En general, los políticos tienen comunidades muertas o con comportamientos extraños, como ocurre con la cuenta de Nicolás Maduro, de Venezuela, quien recibe más de 40 mil retuits por día, aunque sea de mensajes muy intrascendentes", detalló.
Para la experta en medios sociales falta, por lo menos, una generación más para que se comprenda a las redes digitales no como una moda sino como una herramienta de mucho poder. "He trabajado con políticos que manejan regiones, no sólo países, que ni sabían usar WhatsApp. Hay una falta de interés en aprender y los políticos jóvenes de ahora quieren millones de seguidores pero no terminan de ver que a través de un teléfono tienen la posibilidad de movilizar gente, de motivar a los ciudadanos y hasta de cambiar conductas", concluyó Castellanos.