Un grupo de científicos australianos acaba de empezar los ensayos de una droga que podría dar una respuesta efectiva a la infección por coronavirus. Si bien es todavía algo prematuro, dado que por ahora mostró sus resultados en cultivos in vitro, los primeros estudios demostraron que es una molécula capaz de destruir las partículas virales en apenas 48 horas. Y, lo más interesante, el medicamento en cuestión es la ivermectina, un remedio antiparasitario que ya se viene utilizando desde hace más de tres décadas y se sabe que tomarla para tratar ciertas patologías parasitarias es algo relativamente seguro, ya que genera pocos efectos secundarios.
Por lo tanto, si finalmente demuestra ser efectiva, su futura utilización terapéutica en enfermos de Covid-19 podría ser resuelta, y aprobada, rápidamente.
Los científicos que están trabajando este tema publicaron sus hallazgos en la revista médica especializada Antiviral Research. Y el autor principal del paper, el doctor Kylie Wagstaff, integrante del equipo del Monash Biomedicine Discovery Institute, explicó que “la ivermectina es una droga que, in vitro, ya mostró ser efectiva en la destrucción de partículas virales del VIH, el dengue, la gripe y el zika. Y ahora comprobamos que también logró detener el crecimiento del SARS-CoV-2 en los cultivos celulares”.
El experto agregó que una única dosis del medicamento redujo en forma significativa la concentración viral, y en 48 horas prácticamente hizo desaparecer la carga viral de las muestras de laboratorio.
El siguiente paso de la investigación que ahora comienzan a encarar los expertos es determinar cuál es la dosis ideal que podría ser utilizada en personas contagiadas, asegurándose de encontrar un balance entre la dosis efectiva para tratar el virus en forma eficiente pero que también sea “segura” para ser utilizada por las personas enfermas, minimizando al máximo los posibles efectos secundarios.
Entre los hipotéticos efectos adversos que advierten los prospectos de este medicamento figuran mareos, pérdida de apetito, náuseas, dolor o hinchazón estomacal, diarrea, debilidad, somnolencia y molestias en el pecho.
Los médicos que llevan adelante estos ensayos explicaron que su búsqueda está orientada por el apuro en descubrir nuevas herramientas terapéuticas ante la pandemia global, aprovechando el hecho de que se trata de un compuesto médico que ya es conocido y que tiene una amplia disponibilidad en todo el mundo. “Antes de que tengamos una vacuna pasará un tiempo. Mientras tanto, si probamos que la ivermectina funciona podremos ayudar, en poco tiempo, a muchos enfermos”, aseguró.