A partir de una presentación que realizó la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba)y la Fundación Agronegocios y Alimentos sobre la situación ambiental y legal de las obras de dragado en el sector Cuatro Bocas del Riachuelo y posterior volcado de los sedimentos con metales pesados en el Río de la Plata, especialistas y representantes de ONGs solicitan se realicen evaluaciones de impacto ambiental y estudios para determinar normas sobre la deposición de los barros.
“Siempre se dijo que no se puede encarar el tema de los barros hasta que no se frenen los vertidos industriales y cloacales a la cuenca. Habría que hacer muchos controles y un estudio de impacto ambiental reglamentado por la ley”, afirmó Alfredo Alberti, de la Asociación de Vecinos de La Boca. Por su parte, Andrés Nápoli, de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales, planteó la necesidad de “cumplimiento de la evaluación de impacto ambiental por aprobación de las autoridades de la provincia de Buenos Aires y de la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar) y la puesta en conocimiento de esos estudios de contralor en el expediente judicial, lo que no está sucediendo”.
Para Raúl Estrada Oyuela, miembro de la Academia Argentina de Ciencias del Ambiente, “hace falta un estudio y saber exactamente qué es lo que se puede hacer con los barros. Si van a adoptar reglas permisivas entonces van a descargar esa contaminación con una autorización legal. Hemos protestado por las normas que hay sobre descarga de contaminantes en el Riachuelo desde que se adoptaron en 2007 y luego de ocho años seguimos en lo mismo”.
Debate. “Pedimos que cuando se haga una remoción de material que está extremadamente contaminado como en el caso de Cuatro Bocas no se arroje libremente al agua sino que los sedimentos se traten como corresponde”, solicitó el ingeniero Hugo Cetrángolo, presidente de la Fundación Agronegocios y Alimentos. Tiempo atrás, esta Fundación inició una acción de amparo que en marzo de 2013 logró frenar los trabajos de dragado. Pero el amparo se levantó y la obra continuó por contar con la autorización de Acumar y del Organismo Provincial Para el Desarrollo Sostenible, para quienes no implicaba riesgo ambiental.
Sin embargo, el informe técnico sobre los sedimentos de Cuatro Bocas elaborado por Alicia Fabrizio de Iorio y Alicia Rendina, de la Cátedra de Química Analítica de la Fauba, concluyó que por las concentraciones de metales pesados (plomo, mercurio, arsénico, cromo y zinc) presentes en los barros no era posible la deposición de los mismos en aguas abiertas del Río de la Plata sin tratamiento previo.
“De lo que tomamos conocimiento de los informes de AySA en un primer momento de la causa era de que los resultados daban que no había variables significativas en la calidad de agua en las cercanías de las tomas de agua potable de Bernal. Pero no sabemos cuáles son los niveles medidos, si hubo variaciones o si en algún otro sector del Río de la Plata la deposición de estos sedimentos haya generado algún cambio o daño al ambiente”, advirtió Julio Gabrielli, asesor legal de la Fundación Agronegocios y Alimentos.