CIENCIA
gabriel blanco, negociador argentino en la cop21

“Será complicado llegar a un acuerdo en la cumbre del clima”

Para el especialista, las negociaciones tocan el corazón del bienestar económico de muchos países. Cómo se distribuyen los esfuerzos y la financiación, entre los escollos.

Protesta. Activistas de la organización Oxfam representan con máscaras a los presidentes.
| AFP

A menos de una semana de que concluya la 21ª Conferencia de las Partes (COP21) en París, las expectativas están puestas en alcanzar un acuerdo mundial para frenar el calentamiento global. Ayer, los delegados de los 195 países participantes aprobaron un borrador de 48 páginas que a partir de mañana deberán debatir los ministros.
“El problema es que si cada país hace lo que puede, no alcanza para resolver el cambio climático. Esta es parte de la discusión”, afirmó desde París Gabriel Blanco, miembro de la delegación argentina en las negociaciones, en relación con las propuestas de reducción de los gases de efecto invernado que realizó la mayoría de los Estados. “No diría que el acuerdo está trabado, es complicado de por sí”, describió el profesor de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional del Centro de la provincia de Buenos Aires.

Como en las reuniones anteriores, las posiciones están divididas entre los países desarrollados y los en desarrollo. El escollo principal sigue siendo el financiamiento de la ayuda climática y cómo se distribuyen los esfuerzos.  “Hay países que tienen responsabilidades históricas, como EE.UU., la Unión Europea o Japón, y otros que no han causado el problema pero que tienen mucha responsabilidad en el presente, como China, Brasil, India, Sudáfrica y Argentina”, explicó Blanco, quien participa de estas reuniones desde hace diez años. “Estos últimos necesitan todavía desarrollarse más y erradicar la pobreza. Para poder asumir esas responsabilidades, algunos piden más tiempo y otros, apoyo económico”.

—¿Cómo son las reuniones de la COP?
—Son diferentes para cada tema. En este momento hay ente 15 y 20 temas, cada uno es un capítulo del acuerdo como tecnología, adaptación, mitigación y financiamiento. En los últimos años se fue trabajando el texto que los países discuten y negocian alrededor de una mesa. A veces un texto de media carilla es el resultado de días y días de negociación y a veces no se llega a nada. El trabajo lo hago con gusto pero es un poco frustrante.

—¿Es verdad que se agrega más texto al borrador para retrasar el acuerdo?
—Sí, es así, hay estrategias, cosas del oficio no muy agradables. La idea es reducirlo en pautas básicas pero a veces en vez de reducirlo al día siguiente el texto es más largo que antes. El problema es que el cambio climático  toca el corazón del bienestar económico de muchos países. Es un síntoma de que el modelo de desarrollo basado en la explotación de los recursos naturales indiscriminadamente no funciona bien.

—Se ha criticado la propuesta argentina. ¿Qué opina?
—La propuesta podría haber sido mejor pero, por otro lado, son negociaciones
en las que hay que ir con cuidado. En general, en Argentina hay cierto temor en atender las cuestiones ambientales porque se cree que pueden frenar el desarrollo del país. Es un temor que en algún momento tiene que disiparse. Yo veo la situación como una gran oportunidad de tener en la Argentina un desarrollo económico y social más integral, más sano y sustentable.