René Favaloro estaba solo, cuando la tarde del 29 de julio de 2000 decidió quitarse la vida en su departamento de Barrio Parque. Tenía 77 años y estaba “cansado de luchar”, como escribió en las cartas que dejó a su familia. Su creación corría riesgo de desaparecer por una deuda de 40 millones de dólares. “Es indudable que ser honesto en esta sociedad corrupta tiene su precio. A la corta o a la larga, te lo hacen pagar”, escribió.
La figura de Favaloro sigue siendo hoy un símbolo. En una encuesta que la revista Noticias realizó esta semana sobre los personajes más honestos, el célebre cardiocirujano ocupó el segundo lugar, detrás de Arturo U. Illia.
—En su carta René denunciaba la corrupción. ¿Cambió algo a partir de su muerte?
RF: Creo que si René renace, se pega un tiro. Tomemos en cuenta que una empresa como Siemens tenía fondos negros en los bancos de Suiza para pagar coimas y por eso fue penalizada y después pasó lo mismo con otras compañías. Aumentó la corrupción de una forma increíble. Creo que es un problema global. No creo que sea peor acá la corrupción que en otro lado. Conozco el caso de Rumania y Rusia, donde la corrupción es un problema muy importante.
LF: Creo que eso no ha cambiado. Pero con los medios de comunicación, los casos se conocen más.
—¿Y en cuanto al sistema de salud argentino?
RF: Yo tengo entendido que el sistema de salud en Argentina es el único que sigue con la Ley de Emergencia. ¿Cómo puede ser que todos los demás sistemas en el mundo están mejor? La salud está en emergencia, está enferma.