En algún momento antes de fin de año un operativo especial trasladará un tesoro: el contenido completo del Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) pasará físicamente del Hospital Durand -órbita del gobierno porteño- a las flamantes instalaciones que el Ministerio de Ciencia, en la avenida Córdoba, mostró en una recorrida con periodistas encabezada por el propio ministro Lino Barañao.
El contenido se considera “material crítico”, ya que incluye unas 10 mil muestras de ADN de 311 familias acopiadas durante tres décadas y que deberían posibilitar el hallazgo de unas 400 niños/personas cuyas identidades permanecen usurpadas desde la última dictadura. El BNDG también incluye las muestras de Felipe y Marcela Noble-Herrera, hijos de la dueña de Clarín, cuyo caso provocó numerosas polémicas político-mediáticas y cuyos ADN hasta ahora no han dado resultado positivo con las familias con las que se comparó.
“No vamos a anunciar el día exacto del traslado”, dijo Barañao, quien agregó que “hay entre 20 y 25 muestras que se procesan cada día y hay que garantizar el normal funcionamiento (del Banco) ya que muchos chicos hoy quieren saber si son o no hijos de desaparecidos”. Se busca que el traslado no sólo se realice con seguridad técnica para las muestras sino que también participen veedores del gobierno de la Ciudad a través del ministerio de salud local, para lo cual aún falta firmar un convenio específico; también resta definir la continuidad de los 31 empleados y llamar a concurso para cubrir los tres principales cargos directivos. “La idea es garantizar la independencia y el rigor que hasta ahora tuvo el Banco”, dijo el ministro. A su lado, Víctor Penchaszadeh, quien colabora técnicamente con Abuelas casi desde el inicio del Banco, remarcó: “La tragedia se está compensando de algún modo con esta gesta que es un ejemplo para el mundo”.