CIENCIA
Ellen DeGeneres

Una mujer se carga el Oscar al hombro

La ceremonia de mañana será llevada adelante, inusualmente, por una mujer. Es la conductora con más rating de los Estados Unidos y está casada con otra mujer.

Cambio. DeGeneres buscará dar un vuelco al estilo de Seth McFarlane.
| Cedoc Perfil
Mañana será la edición número 86 de los Oscar (20.30, TNT), y será recién la quinta conducida en exclusividad por una mujer. Una estadística bastante simple que habla de cierta histórica necedad a la hora de darle diversidad a uno de los espectáculos con más público del planeta (70 millones el año pasado). Para empeorar la estadística: esas cinco conducciones exclusivas se dividen entre dos mujeres, Whoopi Goldberg (1995, 1998 y 2001) y la actual conductora de la ceremonia, la reina de la televisión diurna Ellen DeGeneres (que ya lo había conducido en 2007 y ahora, con 55 años y casada con la modelo Portia De Rossi, vuelve).
¿Por qué importa la presencia de DeGeneres? En la parte más forense de los Oscar, porque el año pasado las violentas acusaciones de misoginia generadas por la conducción de Seth McFarlane generaron una insospechada tensión. La elección de McFarlane apuntaba a buscar un público masculino adolescente, la franja que más le cuesta capturar a la ceremonia. Algo similar había llevado a momentos más aburridos al menos que el hoy mítico y todavía cuestionado Te vi las tetas, el musical con que arrancó la pasada edición de los Oscar, y esa fue la pésima conducción de James Franco y Anne Hathaway (2011).
DeGeneres, estrella de su proteínico The Ellen Show, el programa de variedades matutino más importante de la televisión estadounidense, viene un poco a disipar esa tensión (un poco agigantada por los medios): es una experta en manejar situaciones tensas. En 2001 tuvo que ser la anfitriona de un dos veces pospuesto Emmy debido a la cercanía con el 11/9, y sus primeras palabras fueron: “¿Qué podría molestar más a los talibanes que una mujer gay usando un traje en una habitación llena de judíos?”. O sea, enseguida disipó aquello-de-lo-que-no-se-habla, y ese dato también muestra su experiencia con estrellas, situaciones frágiles y premios (no por nada ha conducido Emmy —no sólo después del 11/9, sino también después del huracán Katrina—, Oscar y Grammy, en dos ocasiones).
La elección de DeGeneres importa también porque viene, como se estableció, a corregir una torpeza que se da desde 1929 (a favor de 1929, en esos días era un acto para la industria y no un evento mediático y en contra de los Oscar, recién en 1948 una mujer pudo compartir la conducción –era la estrella de radio Agnes Moorehead, ya que eran transmitidos por radio–). Si consideramos que recién en 1994 se le dio la conducción a una mujer sin tener que ser acompañante (antes pasaron nombres como Jane Fonda o Goldie Hawn), y esa mujer es Whoopi Goldberg, la elección de Ellen DeGeneres indica que la Academia no es impermeable a las críticas (eso sí, tardan mucho en reaccionar) y que ha decidido contentarse con la gran cantidad de público femenino que genera Ellen (el 69% de su show es visto por mujeres).
La elección de DeGeneres es otro signo de que los tiempos están cambiando en una de las instituciones más criticadas por su falocentrismo, sobre todo desde que la Academia eligió el pasado año a su primer presidente negra y su tercera presidente mujer, Cheryl Boone Isaacs (de hecho, Boone fue vital en la elección de la conductora del evento producido por Neil Meron y Craig Zadan). Los Oscar están intentando ser aquello que siempre debieron.