CIENCIA
hito en la conquista del espacio

Una nave quiere aterrizar en un cometa

El miércoles la sonda Rosetta liberará el módulo Philae para que por primera vez en la historia se pose sobre el astro 67P/C-G. Analizará la estructura del cuerpo celeste.

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El miércoles ingenieros y científicos de la Agencia Espacial Europea (ESA) intentarán un nuevo desafío para la humanidad: hacer descender el módulo de aterrizaje Philae, que lleva la sonda Rosetta, en la superficie irregular de un cometa en movimiento y con escasa gravedad. La operación, que el director de la misión, Fred Jansen, calificó como “emocionante pero de alto riesgo”, incluye además que Rosetta acompañe en su órbita al cometa, incluso cuando llegue al punto más cercano al Sol (o perihelio) en agosto de 2015.
 “El aterrizaje tiene varias dificultades –señaló Ricardo Gil-Hutton, doctor en Astronomía y director del complejo astronómico El Leoncito–, el cometa no es demasiado grande, es de tres por cinco kilómetros, y tiene poca gravedad, por lo que un pequeño golpecito haría que el módulo se pierda en el espacio”. El especialista en estudios de objetos menores del sistema solar agregó que “para bajar debe hacerlo en función de cómo esté actuando el campo gravitatorio en ese momento. Eso es fácil de calcular en la Luna, pero cuando el cuerpo es irregular y su distribución de masa bastante arbitraria puede haber problemas, como que el módulo se acelere al pasar por una superficie de mayor gravedad y colisione contra la superficie”.
El cometa Churyumov-Gerasimenko tiene dos lóbulos, uno más pequeño que el otro, y por cómo están dispuestos, los científicos lo asemejan a la forma de un pato de goma. Para intentar disminuir algunos riesgos, el equipo de la ESA evaluó distintos lugares para que se produzca el descenso y el “sector J”, llamado luego Agilkia como una isla del Nilo, se convirtió en el más propicio por ser bastante plano y por recibir luz para los paneles solares del módulo.

Philae lleva 11 instrumentos destinados a hacer distintos experimentos y análisis en el lugar para conocer las propiedades físicas y químicas del cometa y tomará imágenes en alta resolución. “Tiene analizadores de gases, espectrómetros que permiten obtener un pequeño arco iris de los componentes químicos”, detalló Gil-Hutton.
Rosetta liberará Philae a una altura de 22 kilómetros del cometa y se estima que el descenso durará unas siete horas. “Irá muy despacio para que no se dañe y para ahorrar el combustible necesario para el frenado. El módulo tiene una especie de ancla para fijarse al cometa que tiene tan poca gravedad que por cualquier movimiento el módulo puede llegar a escaparse”, describió la astrónoma teórica Romina Di Sisto, de la Universidad Nacional de La Plata. Con cierta ansiedad, Di Sisto espera que todo salga bien para que se puedan hacer experimentos que a futuro les sirvan a sus estudios sobre la dinámica de los cuerpos pequeños del sistema solar. “Hay mucha expectativa por esta misión”.
Los cometas están formados por roca, hielo y polvo y “son como fósiles de los momentos de formación del Sol y los planetas, por eso es tan importante tomar muestras directas”, explicó Alejandro Blain, director del Observatorio de la Asociación Amigos de la Astronomía. Se piensa que con su ingreso al sistema solar interior los cometas trajeron agua a la Tierra. Rosetta se lanzó en marzo de 2004, pasó por dos asteroides y en 2011 entró en modo de hibernación para despertar en 2014 y acompañar a un cometa hasta llegar al punto más cercano al Sol. Su misión arriesgada se convertirá en un hito o en un gran intento.