En 2011, la supercomputadora Watson asombró al mundo al vencer a dos concursantes humanos en el programa de preguntas y respuestas Jeopardy.
Ahora, el sistema de inteligencia artificial creado por IBM se enfrenta a un nuevo desafío: ayudar a oncólogos e investigadores a luchar contra un tipo de tumor cerebral muy agresivo, el glioblastoma.
Para esto se asoció al Centro del Genoma de Nueva York, en Estados Unidos. La iniciativa busca trazar la secuencia del ADN de pacientes con glioblastoma y después usar a Watson para combinar los datos con información clínica a fin de determinar el mejor modo de tratar a cada paciente.
El aspecto singular de Watson es que no está programado como la mayoría de las computadoras que realizan cálculos y dependen de la información con que se alimentan. “Watson puede ir aprendiendo y elaborando hipótesis basándose en los datos que va conociendo y hasta presentar correlaciones entre grandes masas de datos a una enorme velocidad”, explicó a PERFIL Mario Bolo, líder de Tecnología e Innovación de IBM Argentina.
“La maquina puede analizar los datos del genoma del paciente y compararlos con distintos individuos; por ejemplo, una persona sana con una enferma”, sostuvo el especialista. “Watson no piensa, quienes piensan son los investigadores.
Pero la máquina es una herramienta de enorme poder, ya que puede presentar en minutos una evidencia fáctica y establecer correlaciones que quizás un científico por su cuenta tardaría meses de trabajo en poder descubrir”, agregó.
A modo de ejemplo, Bolo explicó que el espacio que ocupa el genoma de una sola persona es un terabyte (1024 gigabytes). “Es imposible comparar toda esa cantidad de información a mano, por eso Watson acelera el proceso y es de tanta ayuda”.
Los médicos que trabajan en el proyecto esperan empezar a trabajar con veinte pacientes de cáncer de cerebro, hacer la secuencia de su ADN y después ‘alimentar’ a Watson con bibliografía médica, hallazgos de estudios e indicaciones terapéuticas para que en un segundo paso la supercomputadora pueda sugerir a los oncólogos los mejores modos de tratamiento.
“Desde que se descifró por primera vez el genoma humano, hace más de una década, hemos logrado grandes avances en entender los factores genéticos de la enfermedad. El verdadero desafío que enfrentamos es cómo dar sentido a las masivas cantidades de datos genéticos y cómo traducir esa información en mejores tratamientos para los pacientes”, comentó Robert Darnell, director científico del Centro del Genoma de Nueva York. “La aplicación de la potencia de cómputo cognitivo de Watson revolucionará la disciplina genómica y acelerará la oportunidad de mejorar los resultados para los pacientes de enfermedades graves mediante una atención personalizada”, opinó el experto. Una promesa que la supercomputadora puede volver realidad.