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2015 ya

CANDIDATOS. Scioli y Massa, el mismo modelo optimista.
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En la edición del sábado PERFIL adelantó que la diferencia entre Massa e Insaurralde se achicó de 10 a 6 puntos. Desde la oficialización de las candidaturas Massa ya habría perdido la mitad de los 8 puntos de quienes decían que lo votarían creyéndolo candidato kirchnerista. Le restarían 4 puntos más para perder una vez que ya no queden dudas de que se trata de un candidato opositor (si esos kirchneristas antes no se desilusionaran del Gobierno), pero le quedaría para disputar parte de los votos de De Narváez fundamentalmente después de las PASO, cuando Massa quede confirmado como el único candidato opositor que podría vencer al kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires.

Pero en octubre no se disputan sólo los cargos legislativos de 2013 sino principalmente quién será el peronista con más posibilidades de suceder a Cristina Kirchner en 2015. Y los candidatos que juegan su futuro en estas elecciones son Scioli y Massa.

La mejor demostración fue que la sola irrupción de la candidatura de Massa modificó la forma en que Scioli es visto. Al absorber Massa parte de los votos de De Narváez, el más opositor al kirchnerismo, sumado el acuerdo de Massa con Macri, el espacio común que disputan Massa y Scioli –y aunque sea por efecto de simple ilusión posicional– colocó a Massa en la centroderecha y a Scioli en la centroizquierda. Es el principio de proximidad de la Gestalt, donde lo próximo se percibe formando parte de una misma unidad. Massa-Macri-De Narváez en una punta, Scioli-Cristina Kirchner en la otra, cuando en realidad Massa y Scioli se superponen proponiendo uno cambio con continuidad y el otro continuidad con cambio.

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Los que quisieran ver al kirchnerismo fuera de juego ya mismo están enojados con Scioli porque, ahora que tiene asegurado el dinero para los sueldos y el aguinaldo de 2013, si se hubiera animado a sumarse (¿encabezar?) una alianza no kirchnerista con Massa y Macri hubiera construido las bases de las PASO de 2015, la presidencia de Cristina Kirchner habría quedado herida de muerte o muy desvalida.

Otros, preocupados por un país donde quedan dos años y medio de mandato de esta presidenta hasta diciembre de 2015 y no quieren que explote todo por el aire, prefieren un resultado en estas próximas elecciones legislativas donde el kirchnerismo quede limitado pero no imposibilitado de gobernar, y valoran en la actitud de Scioli su responsabilidad institucional.

Como otra de las tantas demostraciones de la racionalidad dicotómica que se impuso en la Argentina, unos temen que el kirchnerismo haga mucho daño si no sale totalmente vencido en las urnas este octubre, y otros que perdiendo por mucho quede tan débil que haya un colapso económico. La realidad suele no recorrer caminos extremos y es probable que el kirchnerismo realice una elección claramente peor que la de 2011 pero mejor que la de 2009, quedando golpeado pero no desahuciado. Si Massa venciera en la provincia de Buenos Aires por 10 puntos saldría como el presidenciable más probable, mientras que si venciera por sólo dos puntos de diferencia, el que quedaría mejor posicionado podría ser Scioli.
La situación de Macri es más rara porque un Massa opositor se superpone aun más con Macri que con Scioli. Decía en una columna de ayer en PERFIL Roberto García que Massa logró que lo odien por igual Cristina Kirchner y De Narváez, ambos apostando a que saque la menor cantidad de votos posible. Los votantes de De Narváez y de Macri comparten algún parentesco. Salvo que Macri imagine que podría ganarle una interna a un Massa triunfador del peronismo.

Frente a este escenario, PERFIL vuelve durante dos domingos consecutivos a los extensos reportajes que se dejaron de hacer hace dos años porque no sólo ningún funcionario de alto rango kirchnerista aceptaba ser entrevistado, sino tampoco personas afines a sus ideas o distantes pero temerosas de sus represalias. Y a los claros opositores o a los valientes los habíamos repetido a todos. Scioli y Massa, los entrevistados de estos dos domingos consecutivos, ya pasaron en el pasado por las más de dos horas de conversación que requiere esa entrevista, pero ahora tienen algo nuevo que decir.

En este reportaje (ver página 38) Scioli luce más suelto que los años anteriores y, aunque con las mismas mañas discursivas, más explícito. Lo que se puede interpretar como una demostración de mayor seguridad porque ya se ve heredero natural del aparato kirchnerista, o de debilidad porque Scioli tenga que mostrarse por temor a que Massa se quede con todo o porque luego de haber cumplido con ayudar al kirchnerismo a no hundirse igualmente La Cámpora y la Presidenta no puedan con su genio y, como el escorpión, lo maten de cualquier manera.

En el reportaje Scioli habla de la ética de la responsabilidad de Max Weber, la que se asocia con el utilitarismo, el consecuencialismo y el finalismo, todos emparentados con la frase atribuida por Pascal a los jesuitas (mal adjudicada a Maquiavelo) sobre que “el fin justifica los medios”. En el reportaje Scioli habla de la coincidencia con las ideas del papa Francisco, el jesuita contemporáneo más importante. Pero Weber en su conferencia La política como vocación habló de dos éticas, la de la responsabilidad, que toma Scioli, y la ética de las convicciones, más asociada a Cristina Kirchner.
Y como Massa “le robó” a Scioli el optimismo como forma de hacer política, Scioli se diferencia del oportunismo de Massa (“no le importa perjudicar si puede sacar partido de ello”) con valores como la confianza, la gratitud, la estabilidad.