COLUMNISTAS
MONTONEROS Y PERON

A grandes errores, grandes males

default
default | Cedoc

La política de la formación Montoneros ha merecido recientemente nueva bibliografía. Considero de interés agregar algunos comentarios. Montoneros, luego de su rito de iniciación al asumir la muerte del general Aramburu –muerte que es probable que no hayan ejecutado–, pasaron a ser “soldados de Perón”, un grupo armado dispuesto a actuar bajo las directivas de quien reconocían como jefe del movimiento nacional.

Tuvieron un muy rápido crecimiento y levantaron la bandera de “la patria socialista”, eslogan claro pero de ideología confusa. Como Perón había hablado de un teleológico “socialismo nacional”, muchos confundieron el tema. La patria socialista del futuro inmediato, la que viene a recuperar Perón en su regreso –pensaba el grueso del peronismo–, es la de la de “la comunidad organizada”.

Esto no le gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Montoneros fue aumentando muchísimo su importancia: contactos, estructura, organización en todo el país, o sea poder, e hizo de la vuelta de Perón el eje de su propaganda. A su vez, el regreso fue un elemento simbólico fundamental para el peronismo popular.

Las consignas de los actos montoneros son de enorme transparencia: “Conducción, Montoneros y Perón” sintetiza que tuvieron la audacia de sentirse co-conductores. Otra, “Ramus, Medina – Perón en la Argentina” reflejaba que entendían que eran ellos quienes lo habían traído de vuelta, y no el pueblo peronista con 18 años de resistencia y lucha, que era quien realmente lo había traído, en un proceso en el que ellos eran simplemente colaboradores.

Su momento de gloria es la presidencia de Cámpora, a quien cooptaron con su influencia, pero que no entendió lo que era el Pacto Social, la necesidad de terminar con las formaciones armadas, y lo imprescindible de volver al esquema de orden.

Cuando todo el espectro político nacional, el sindicalismo, los empresarios y el grueso de la población se sumaba al proyecto del general Perón, los Montoneros, que se decían peronistas, traicionan ese gran, enorme, histórico triunfo político. El asesinato de Rucci es el símbolo de esa traición.

Claro, Cámpora se tenía que ir. En la etapa inmediata, en la mismísima Plaza se dedicaban a insultar de manera baja a la mujer del General. Ese era el nivel político que exhibían. Y pasan a la clandestinidad.

Rucci fue un decirle a Perón: “Ud. sin nosotros no puede existir, tiene que negociar”, lo cual no fue aceptado, y resultó que el único sector ajeno al Pacto Social fueran los Montoneros.

El ataque que realizaron al Regimiento de Infantería de Monte Nº 29, en Formosa, el 5 de octubre de 1975, bajo el gobierno de Isabel Perón, fue un decirle al Ejército: “Ustedes no pueden existir sin nosotros, tienen que negociar”, puesto que habían podido atacar aquel regimiento perdido en la selva y teóricamente inexpugnable. Cinco meses antes le habían propuesto al comandante del Ejército, general Anaya, por intermedio del general Harguindeguy, “una alianza”. El reciente libro de Ceferino Reato, Operación Primicia. El ataque de Montoneros que provocó el golpe de 1976, relata con detalle toda la operación. Allí se menciona asimismo la entrevista de Roberto Perdía, segundo en jerarquía de Montoneros con el general Harguindeguy, donde le propone la alianza del grupo juvenil con el Ejército mediante ciertas traumáticas modificaciones.

Nuevo grave error político, cometido desde la soberbia de pensar que si querían podían superar a los militares, como buscaron demostrarlo en Formosa. De la respuesta militar, que el mismo Harguideguy le da “a título personal”, sabemos lo que pasó: el terrorismo de Estado, que ellos estimularon. El análisis político de Montoneros, como antes, fue equivocado. No condujeron ni al movimiento nacional ni nada. Y las Fuerzas Armadas se degradaron en una indigna “guerra de policía” que tenía su antecedente en la de 1863, contra el Chacho Peñaloza y Felipe Varela.


* Militante y ensayista, autor de La encrucijada argentina. Verdad y mentira del sueño peronista (Sudamericana).