Algunas veces, los lectores no le facilitan a este ombudsman la tarea cuando se ocupan de lanzar críticas a contenidos y continentes formulando sus afirmaciones sobre bases cuando menos dudosas.
El señor Gustavo Díaz Veira se ensañó con los responsables del panorama internacional de los domingos, el ex canciller Rafael Bielsa y el ex embajador argentino en Londres Federico Mirré. Lo ha hecho en dos oportunidades, con sendos mails dedicados a descalificar a ambos por un artículo y una carta de respuesta de ambos (véanse las ediciones de los días 26 de octubre, 2 y 9 de noviembre).
Mi deber en este espacio es llevar claridad de conceptos y defender el derecho de los lectores a una correcta información. No es, en cambio, sostener errores de algún consumidor de este diario cuyas intenciones no parecen claras; me atrevo a arriesgar que cierto tufillo conservador católico llega de las palabras del señor Díaz Veira, a quien le he publicado sus dos envíos por respeto al conjunto de los lectores. Por cierto, hay un límite y éste ha sido superado por su insistencia.
Bielsa sí estuvo en las exequias del papa Juan Pablo II el 8 de abril de 2005, secundando al entonces vicepresidente, Daniel Scioli, y acompañado por el secretario de Culto, Guillermo Rodolfo Olivieri. Así consta en el registro del protocolo vaticano que he consultado. No es cierto, por ende, lo que afirma el señor Díaz Veira. Bielsa calificó entonces el funeral como “una cosa increíble, muy emotiva, la sensación de estar viviendo un momento histórico”. Y agregó: “Se podría haber vivido una ceremonia semejante hace 400 años porque, sacando las pantallas de plasma y el sonido, en la Plaza de San Pedro era todo fe, todo ser humano, todo liturgia, todo realmente muy emotivo”. Y dejó –en entrevista radial– una perlita cargada de ironía: lo curioso de ver a los ex presidentes Carlos Menem y Eduardo Duhalde (de mutuos odios) sentados uno junto al otro en el solemne acto: “Era notable ver a (Bill) Clinton con (George) Bush –comentó Bielsa– y, por qué no, a Menem con Duhalde”. “Un milagro atribuible a la muerte del Papa”.
Pero hay más: un rato después de las exequias, Scioli y Bielsa se reunieron públicamente en el mismo Vaticano con el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y su canciller, Celso Amorim. Hay registros periodísticos y fotográficos del encuentro.
Bielsa –algo sabido– tiene su carácter. Envió a este ombudsman un mail con el cual se pone fin a la polémica (o algo así) generada por un lector que desaprovechó el espacio de libertad que se quiere conservar en estas páginas, merecedoras de rigurosidad y buenas intenciones de parte de los lectores. Dice Bielsa: “Por comenzar, el señor Díaz no sólo miente; además, carece de propósito de enmienda. Por lo que respecta a Bielsa, si el recalcitrante lector consulta la página oficial del Vaticano (http://www.vatican.va/gpII/documents/delegazioni-uff-esequie-jp-ii_20050408_sp.html), encontrará que la delegación argentina al funeral de Juan Pablo II estuvo integrada por ‘Daniel Osvaldo Scioli, vicepresidente de la República, con el ministro de Asuntos Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Rafael Bielsa (…)’. Adicionalmente, cualquier buscador en el que asocie ‘8 de abril de 2005/Bielsa/funeral’ le mostrará documentos con las fotos que tanto le excitan las glándulas salivales. En cuanto a Bielsa y a Mirré, una cosa es reivindicar nuestra posibilidad de escribir acerca del Sínodo, y otra polemizar frente a su nueva andanada y andar perdiendo el tiempo. El señor Díaz mintió y la publicación oficial (entre muchísimas) lo atestigua; si lo que busca es predicamento, que escriba él mismo una columna y nos ofusque con sus saberes. Aunque antes, lo reiteramos, lo aconsejable es consultar el diario”.
Ofuscado II. El señor Sergio Angel López se queja en su carta, publicada en la página anterior, por lo que cree un exceso de vocación poética por parte de un redactor del suplemento Deportes. Tiene y no tiene razón: es correcto que en el texto de la nota (sábado 8, página 3) no se indica el resultado del partido Lanús-Arsenal, pero está destacado en la síntesis que lo acompaña. Como confiesa no haber leído la versión impresa y sí la digital, se quedó con ganas de saber cuál fue el score. Debo aclarar que me gustó la nota porque creo que un buen trabajo periodístico tiene que ofrecer buena información y un texto rico. Pero considerando que no todos leen PERFIL en papel, no estaría mal aportar datos más precisos y completos para dejar conformes a todos. Y al señor López, le sugiero que haga un esfuerzo y compre su ejemplar, porque internet (como el tiempo en la TV y la radio) es un tirano.