Qué pena no poder trabajar de asesor de políticos justo ahora que los asesores son casi más importantes que los políticos y los encuestradores más importantes que los cuadros. Duran-Duran Barba, por ejemplo, que maneja al PRO como si fuera un local de Mc Donald’s –¿Estamos demorando el pedido? ¡Te damos un helado!–, Rodríguez Larreta. ¡El empleado del mes! Tengo muchas ideas para ellos, por ejemplo, que se olviden de Del Sel y sumen a Maru Botana, que da más el target y ya sale el eslogan calentito: ¡Maru, Votala! En fin, tengo amigos K que están despegando el póster del Che de la pared de su casa en el country, esperaban que llegara, después de Cristina, en una síntesis hegeliana, el socialismo, pero se van a tener que comer el sosciolismo, que es algo diferente. ¿Pero qué es? ¿Una anomalía en el sistema, como escribió Ricardo Forster Gump sobre el kirchnerismo? Scioli, más que un hombre, más que un líder, parece un programa de la Matrix. En él convergen, sin problema, los K reformados (los panelistas de 6,7,8, Carta Abierta), los duhaldistas –Telerman, Aníbal Fernández, etc.– los menemistas –Menem, Zulemita, Rabolini, Tinelli– y los monopolios –La Iglesia Católica, los militares, Papel Prensa, etc.– y seguro que a último momento se van a sumar algunos del PRO. El poder flota, les decía Gorriarán Merlo a los del MTP para arengarlos. Scioli apareció un día flotando en el río, buscando su brazo derecho. Esa es la única épica que tiene para mostrarnos, por ahora. Sabe hacerse el nudo de la corbata con la izquierda y muchos kirchneristas creen que –presionado por el entorno K– va a seguir haciendo cosas con la izquierda. Pero su prótesis es, por ahora, una prótesis simple. No es un brazo cibernético, lo que lo convertiría en el primer presidente cyborg, los instalaría en el futuro. La verdad es que tanto Daniel Scioli como su antagonista, Mauricio Macri, son dos caras de la misma moneda. Los dos descreen de la díada entre derecha e izquierda. Para ellos sólo existe el capitalismo salvaje y el individualismo artero. Para la derecha, la ley es el mercado y los que queden afuera se lo merecen. Al igual que la naturaleza, la derecha piensa que los animales más débiles deben ser sacrificados en función de una superación de la especie. El cristinismo es un populismo de derecha con derrame y planes sociales, su superación ha sido el sosciolismo. Es lo que hay.