COLUMNISTAS
NO ES INCREIBLE? QUIEREN QUE LA ARMADA MARADONIANA REPITA EN BRASIL!

Brancaleone 2014

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“La mentira más común es aquella con la que un hombre se engaña a sí mismo. Engañar a los demás es un defecto relativamente vano.”

De “El Anticristo” (1888), Friedrich Nietzsche (1844-1900)

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Podría hacerme el gracioso y asegurar que, si Duhalde quiere una segunda oportunidad, también De la Rúa merece la suya. Cavallo no. El sí tuvo la chance y otra vez paró un equipo ultraliberal y desequilibrado, como en Sudáfrica. El 1 a 1 terminó en un 4-0 en contra. Se veía venir.

Pero no. No hay ninguna necesidad de sobreactuar con chistes de mal gusto. Afortunadamente, la realidad suele proveernos de guiones mucho más divertidos. Señores, ¡la tragicómica Armada Brancaleone maradoniana en misión divina para recuperar el Santo Grial que el mundo insiste en negarnos, amenaza con eternizarse rumbo a tierra santa brasileña con todo su big show! Wow. ¿La tendremos hasta el 2014 con sus internas, el doctor balbuceante, el macrocefálico prohibido que no se rinde, el amigo fiel que dice sí, las mil citaciones, el misterio Messi y los simpáticos insultos con los periodistas, los buenos, los más o menos y los idiotas con carnet? ¡That’s entertainment, folks!

La aventura terminó tan mal como empezó. Al principio fue Bolivia, la bravuconada de negar la altura, las seis pepas en la canasta, los cartelitos motivadores y la cabeza partida por los 3.600 metros: un desconcierto que continuó hasta el milagro de San Palermo. En Sudáfrica, el final llegó con la ceguera de insistir con los tres delanteros a costa de dejar un inmenso agujero en el medio, para desesperación del pobre Mascherano y la sana diversión de Schweinsteiger. Listo. Auf wiedersehen, muchachen!

Menos amantes de la metáfora poética que del arte de hacerse los boludos, la mayoría de los dirigentes que rodean a Grondona mascullan rabia y se bancan en silencio todo lo que ordena el amo. Si fuera por ellos, Maradona ya sería historia. Pero no. El jefe le ofrecerá seguir, con o sin condiciones. ¿Por qué? Porque juntarlo con Messi sigue siendo un buen negocio y el Gobierno, después de la audaz jugada del Fútbol para Todos, lo necesita exactamente en ese lugar. El Papa de Viamonte, que nunca lo quiso, imaginó que, rodeándolo con Bilardo y la dupla Batista-Bown, podría neutralizar su falta de experiencia. Caramba... Tanto viaje a Zürich debe haberlo confundido mucho. Pretender ponerle límites a Maradona es más ridículo que imposible. Así es, y así seguirá siendo. Y la culpa no es toda suya, por cierto.

El balance final de la experiencia es desolador. Aunque afirmar que en este año y medio se hizo todo mal suene exagerado e injusto, lo diré. Se hizo todo mal.

Con la pelota en los pies, el liderazgo de Maradona se daba naturalmente. Su genio incomparable lo hacía todo. Ninguna elaboración intelectual le era requerida. Los demás lo seguían… o lo sufrían. Era perfecto. Como teórico, se le nota, no está cómodo. Es un técnico que piensa y reacciona como un jugador. Imposibilitado de actuar, arenga, transmite pasión, se entusiasma. Poco más. Es inútil: el pensamiento abstracto, la planificación, los secretos vonclausewitzianos de la estrategia no son lo suyo. En ese mundo naufraga sin remedio. Verón pasó a mejor vida en cuanto Maradona sintió que quitar a Tevez era pecado mortal. Para mantenerlo, cambió el esquema y condenó a su ex líder indiscutido a un despliegue físico suicida. Después lo borró. Insólito. Como la ausencia de laterales y de más volantes capaces de tener la pelota en su plantel. No fueron errores menores, caballeros.

Pekerman terminó invicto en Alemania y el equipo, que fue eliminado frente al local y por penales, al menos dejó para la historia aquel golazo de Cambiasso después de 25 toques en el 6 a 0 a Serbia: fue el mejor del Mundial. Aun así, nadie pensó en una segunda oportunidad para el melancólico José. ¿Y ahora? ¿Qué fue tan diferente? ¿Alguien piensa de verdad que el equipo estaba en plena evolución y sólo tuvimos una mala tarde? Ay.

Maradona atacó a la prensa por su “panquequismo”, viejo fetiche del ‘86. Sí, los hubo y los habrá. Todos tienen que vender y para algunos, las cosas siempre están bien cuando se gana. Pero el dibujo que expuso de manera patética a Mascherano, con Di María y Maxi verticales y abiertos, las cuatro estacas atrás y el power trío adelante, ya era indefendible desde México. Era tan obvio el final de la película que ni gracia tiene adjudicarse algún mérito por haberlo advertido. El primer equipo serio que enfrentamos nos pasó por arriba con indignante facilidad.

Lamento no estar de acuerdo con mucha gente que quiero y respeto y que desea la continuidad de Maradona. Y más me entristece coincidir con algunos que detesto en la idea de que seguir con este sainete es un disparate. Y bueh: prefiero ser leal a lo que pienso y escribirlo, como siempre.

Si me equivoco, compatriotas, será una fiesta. El mito seguirá más vivo que nunca, la gente estará feliz, el pensamiento mágico nos acortará el camino a la gloria y yo también la tendré adentro. ¡Santo Pasman, Batman! Y si no, mmm…

“Veremos”, dijo Stevie Wonder, puso primera y aceleró a fondo.